Fue una jornada movida. Primero en Mar del Plata por la mañana y luego en José C. Paz. No hubo tiempo para el descanso. Y tampoco lo habrá. El gobernador bonaerense Axel Kicillof sabe que si quiere pelear por la reelección tendrá que bajar a la mayor cantidad de distritos posibles para ganar la territorialidad que supo construir en la previa del 2019 a bordo del Renault Clío.

El Clío siempre está listo, tiene 207.000 km, pero está muy bien", avisó su mano derecha y jefe de asesores, Carli Bianco, haciendo referencia al auto con el cual recorrieron toda la Provincia. Claro, ahora la historia es otra. El gobernador tiene por delante el desafío de construir un camino propio con los pro y los contra que acarrea cualquier dirigente al frente de un ejecutivo.

Por eso, rumbo al 2023 todo poroto suma. Más si el guiño proviene de un intendente de estrecha relación con el presidente Alberto Fernández, con quien el gobernador no mantiene en el último tiempo un vínculo tan directo más allá de todo aquello relacionado a los cargos que desempeñan.

En el medio está la política, claro. Y las diferencias quedaron expuestas tras el acuerdo con FMI. “Distintas posiciones sobre algunos temas”, aseguran desde adentro. Lo cierto es que, con ese marco de fondo, Kicillof estuvo en José C. Paz. Y allí, el jefe comunal Mario Ishii, aseguró durante el acto, con motivo del acuerdo por asfalto en 24 distritos del Conurbano bonaerense que “en un momento difícil donde todo parece que está mal, estoy viendo el trabajo de la Provincia y me llama poderosamente la atención la fuerza del gobernador para sacarnos adelante”. Y agregó, con guiño futurista: “Espero que estos 5 años y medio sean de las obras que no se pudieron hacer”.

Kicillof volvió a sacar a la cancha al plan 6x6, principal caballito de batalla para la reelección. “Hemos resuelto abordar de una vez y para siempre el problema de las calles de tierra urbana en el conurbano y grandes ciudades de la provincia de Buenos Aires”, manifestó.

Dentro del Plan 6 por 6 se incluye el programa de Pavimentación e Iluminación del Conurbano Bonaerense, cuyo objetivo principal es transformar las calles de tierra en las ciudades del área metropolitana. Con una inversión de 72 mil millones de pesos, proyecta este año el asfalto de 10 mil cuadras en beneficio de 2,4 millones de vecinos y vecinas, quienes contarán con una mayor seguridad vial y mejor movilidad peatonal.

Por la mañana, Kicillof había viajado a Mar del Plata para participar del cambio de mando y asunción de Abel Furlán al frente de la UOM. Desde la sede local del gremio, el gobernador aprovechó para asestarle un tiro por elevación al intendente PRO, Guillermo Montenegro. “Yo les diría a los intendentes de toda la provincia, para no personalizar: den una mano, ayuden con algo, cuídenle el bolsillo a la gente, basta de bla bla”. 

El jefe comunal marplatense había dicho la semana pasada, tras conocerse el incremento de 6,7% de la inflación en marzo, que los controles de precios “no funcionan” y que “la inflación existe porque no paran de darle a la maquinita y al plan ‘platita’ para ganar elecciones”. En esa línea, el jefe comunal rechazó que los intendentes tengan que dedicarse al controlar los precios.

Y Kicillof no perdió la oportunidad de responderle. “Esto de que le dan a la maquinita… el gobierno de Macri tuvo 53 puntos de inflación, fue la inflación anual récord después de 20 años, y cuando dejó de emitir fue para no prestarle plata a la gente, al consumidor, al privado”.