La batalla interna del PJ gana fuerza en los municipios y abre un interrogante: ¿vuelven las colectoras?
La inminente suspensión de las PASO obligará a los dirigentes territoriales a sentarse frente a frente para negociar una lista conjunta. Sin embargo, hoy la bronca hacia adentro imposibilita cualquier acercamiento. Un viejo mecanismo como opción de salida.
El mensaje de Cristina Fernández en favor de que los legisladores propios acompañen las necesidades del gobernador Axel Kicillof para poder desarrollar las elecciones del próximo 7 de septiembre sin la necesidad de realizar una PASO abrió un nuevo escenario interno.
Sucede que, sin las primarias como elemento ordenador, ya son muchos los dirigentes territoriales que aseguran que será “imposible” poder consensuar una lista en algunos distritos bonaerenses. Se trata de una preocupación concreta que podría poner al peronismo frente a una nuevo escenario de disputa de difícil resolución.
Es por esto que, en las últimas horas, diversos referentes territoriales ya empezaron a expresarse por lo bajo en relación a cómo se resolverá una disputa muy compleja que amenaza con no poder salir del todo de la interna y volver a dinamitar hacia adentro de Unión por la Patria.
“Hay mucho hilo para cortar, pero todos estamos enojados y así es muy difícil”, le dijo a Data Clave un legislador bonaerense. Y puso sobre la mesa parte de lo que ya se baraja en las mesas de diálogo: “Vamos a tener que abrir algunas colectoras porque sino vamos a terminar peor que como estamos”.
Las colectoras son un viejo mecanismo de la política prePASO. Se trata del conjunto de listas de diversos partidos que presentan candidatos de diferente categoría pero que adhieren a una misma lista de candidatos para otra categoría en la que no presentan postulantes propios.
Para ejemplo, la historia: en 1999 el justicialista Carlos Ruckauf le ganó a la candidata de la Alianza, Graciela Fernández Meijide, porque fue gobernador tanto de la candidatura a presidente de Eduardo Duhalde como de la postulación presidencial de Domingo Cavallo.
¿Pero cómo sería en el panorama actual? Si en Avellaneda, por caso, se lograra llegar a un acuerdo para conformar una lista que represente a todas las corrientes que hoy integran Unión por la Patria en la tercera sección con un candidato taquillero, en el distrito se podrían presentar dos, o más, nóminas separadas con distintos candidatos en cada una.
Sin embargo, quien debe tomar una decisión sobre esto es el propio gobernador. Cabe recordar que las colectoras fueron eliminadas por el entonces presidente Mauricio Macri a través de un decreto en abril de 2019 en el que se invocaron razones de supuesta “transparencia” en contra de una presunta “confusión”.
Pero no se trata de un movimiento tan sencillo. Para volver a poner juego las colectoras hace falta que Kicillof meta mano en la ley actual. Luego, claro, todo quedará en manos de la Junta Electoral bonaerense para llevar adelante o no su aprobación final.
Panorama complejo
El peronismo vive hoy buena parte de interna en el conurbano bonaerense. Es allí donde son muchos los dirigentes que quieren tener incidencia en el armado de listas para lo que serán los representantes de la primera y tercera sección, donde se encuentran casi 10 millones de electores.
La puja interna es concreta y ya son varios los que levantan la mano para poder colocar en la Legislatura una terminal propia: una voz, un voto y un caja política. Una presencia política para generar músculo territorial y poder representar los intereses del distrito a nivel provincial.
Con ese marco de fondo, la conformación de las listas no será fácil. Sin embargo, de seguro, los principales actores de Unión por la Patria podrán llegar a un acuerdo que permita que todos puedan tener el peso debido en las listas a través de un sistema de porcentajes que deje a todos conformes. Y, se estima, que la nómina tendrá un consenso a medida.
El problema pasa por lo que suceda en los municipios. Como ya contó Data Clave, hay distritos en los que, a la distancia, podría resultar “imposible” alcanzar la unidad de listas a nivel local. En Quilmes, Lanús y Hurlingham, los distritos camporistas del GBA, tanto el Movimiento Derecho al Futuro como el propio exintendente Juanchi Zabaleta buscarán jugar por adentro. Y la posibilidad de llegar a un lugar en común parece demasiado difícil.
Lo mismo podría pasar en San Martín, pero con parte del Movimiento Evita; en Tigre, donde le massismo no abandona su idea tomar el control del distrito que hoy comanda Julio Zamora; en Morón, con la puja entre Lucas Ghi y su antiguo jefe político, Martín Sabbatella. Todos distritos de la primera.
Incluso en distritos en los que el peronismo no es gobierno como pasa en San Isidro, donde la cristinista Teresa García, Sebastián Galmarini (Frente Renovador) y Santiago Cafiero buscarán imponer sus propios referentes locales. Algo que también se replicará en San Miguel, Vicente López y Tres De Febrero.
“Hoy no hay lugar para ningún acuerdo. Así se vive acá, pero en una semana todo puede cambiar. Todo queda sujeto a que no te salgan con algún sinsentido”, le cuenta a este medio un jefe comunal de la tercera.
La pelea interna también podría abrir colectoras en la mencionada sección. Sobre todo en La Matanza, donde el Evita quiere jugar; en Avellaneda y en Ensenada, donde el camporismo buscará mojarle la oreja a Jorge Ferraresi y Mario Secco, respectivamente; algo que también podría darse en Esteban Echeverría, donde manda Fernando Gray.