Según datos del 2018, catorce millones de argentinos integran el Sistema Nacional de Obras Sociales que se financia con el aporte de los trabajadores y los empleadores, y que depende de los sindicatos. Por eso, entre otras cosas, al universo gremial no le gustó nada el intento de un sector del Frente de Todos de avanzar hacia una reforma del Sistema Nacional de Salud para integrar a todos los componentes de este complejo entramado (público, obras sociales, y medicina privada). 

Los principales enunciados del proyecto se conocieron primero en Data Clave y generó reacciones en los diversos actores que el sistema de salud involucra. En particular a los sindicalistas, que son uno de los actores más relevantes en este entramado.

Motivados por este debate los dirigentes que integran la Confederación General del Trabajo (CGT) mantuvieron este lunes un encuentro de urgencia, e insistieron en que el actual sistema de salud es “modelo en mundo” “El sistema está integrado, ¿se puede integrar más? Por supuesto”, fue una de las pocas declaraciones que dejó Héctor Daer (secretario general), tras la reunión. 

“El Sistema Nacional de Obras Sociales continuó brindando cobertura integral de salud a millones de trabajadores y su grupo familiar a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, sin límites de cobertura ni costos adicionales”, valoró la CGT en un comunicado. Y además, señalaron que “los ingresos de las obras sociales mermaron año a año a medida que se fue  deteriorando el poder de compra de los salarios y fueron los propios trabajadores los que, con sus aportes, compensaron las caídas de recaudación y costos extras generados por la pandemia en sus obras sociales sin aportar dinero extra”.

Según los sindicalistas, hay que “seguir consolidando y fortaleciendo nuestro sistema de salud para poder adecuarlo a los desafíos presentes y futuros” para que “cada ciudadano y ciudadana pueda seguir accediendo en tiempo y forma a un sistema que es modelo en el mundo”.