No es casualidad que muchos gobernadores oficialistas y opositores ya no tengan la afinidad política que mostraron en un principio con el Gobierno nacional, en especial con el presidente Alberto Fernández. Las fotos de la unidad y los registros de los 24 gobernadores en el inicio quedaron en los márgenes del olvido y cada vez son más los líderes provinciales que desaprueban la actual gestión y que, por si fuera poco, sufren los problemas que se generan desde Nación.

El miércoles se reunieron la propia "Liga de Gobernadores" que nuclea a los mandatarios provinciales oficialistas y los mismos mostraron un claro enojo con el jefe de Estado por no darle señales ni mensajes sobre cómo seguirá el Frente de Todos en la carrera rumbo a 2023. Pero los reclamos no son sólo de estructura política, también lo son de gestión. Ante este desplante de sus propios, Fernández los recibió y les garantizó que tomará medidas en el corto plazo para frenar la incertidumbre y dar certezas.

El nombre para "calmar las aguas" es el de Sergio Massa, quien dejará el Congreso de la Nación para llegar al Gabinete. El gobernador de Santa Fe Omar Perotti, que mantiene idas y vueltas con el oficialismo, fue el primero de los suyos en aprobar el retorno del líder del Frente Renovador. También se sumaron Gustavo Bordet, de Entre Ríos y Gustavo Sáenz, de Salta.

Tweet de Omar Perotti

Lo cierto es que la crisis económica que se desencadena en Nación repercute a lo largo y ancho del país con provincias que no pueden mantener un cierto orden básico, como lo es arreglar paritarias con los empleados estatales. En la gran mayoría de los casos, hay desaprobaciones, paros y hasta fuertes movilizaciones en las principales plazas.

Esto se vivió de manifiesto en los últimos días en Mendoza, con reclamos de los empleados municipales y de sectores vinculados a la educación y la salud, quienes exigen que haya mejoras salariales.

Tweet de juan miculi

Desde el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (Sute) aseguraron que el acatamiento a la medida de fuerza por 48 horas se mantuvo en un 90% de adhesión y que hubo un fuerte apoyo de las familias mendocinas. El gobernador Rodolfo Suárez, acorralado, se comprometió a presentar otra oferta económica con ciertas mejoras.

Tweet de Rodolfo Suarez

Misma situación se vive en Río Negro con la "neutral" Arabela Carreras, quien calificó de "lamentables" las movilizaciones de los estatales en su provincia para reclamar mejoras. Unter, ATE, UPCN y Sitrajur realizaron el paro de 48 horas el lunes y martes, mientras que los hospitalarios de Asspur hicieron lo propio el martes y miércoles. Los gremios no aceptaron la última oferta en paritarias donde el gobierno que establecía $2.500 no remunerativos y no bonificables para julio, otros $4.500 para agosto -incluye $1.500 de un pago bonificable- y un aumento del 7% para septiembre, siendo que se proyecta una inflación superior al 60%.

En Córdoba todavía no hubo fuertes desafíos, pero lo cierto es que los gremios ya rechazaron la primera oferta de aumentos que presentó el gobernador Juan Schiaretti, quien mantuvo una reunión con Silvina Rivero, negociadora del Sindicato de Empleados Públicos (SEP). El gremio pidió un 40% para el segundo semestre, lo que fue rechazado por la Provincia.

En Jujuy, la tierra de Gerardo Morales, el gremio de ATE que conduce Carlos Sajama protagonizó movilizaciones en frente de la Casa de Gobierno para exigir aumentos, dado que todavía no fueron convocados por el gobernador para atender sus reclamos.

Tweet de Prensa ATE Nacional

En Chubut, por ejemplo, los docentes no tuvieron lugar para el descanso invernal y salieron a las calles para exigirle al Gobierno provincial la reapertura de paritarias con paros y movilizaciones en toda la provincia.

El caso llega a la propia Provincia de Buenos Aires, a pesar de que Axel Kicillof tenga un buen vínculo con los gremios docentes y estatales. Los mismos pidieron en los últimos días la reapertura de paritarias y plantearon la necesidad de que se active la cláusula de revisión salarial por segunda vez en el año.

Oscar de Isasi, secretario general de ATE, planteó que "vamos a pedir una suba del 10%" ya que, con la cuota del mes de julio "estaríamos con un aumento del 36%, mientras que la inflación sería cerca del 49%, entonces se hace necesaria una suba del 10%".

Independientemente de su tinte político, son muchas las provincias que empiezan a tener roces con los estatales por la mala praxis del Gobierno nacional, hoy en crisis y sin respuesta para contener los altos números de inflación. A pesar de cualquier arreglo paritario, los gremios son conscientes de que, sea cual fuere el número que arreglen, siempre terminan corriendo detrás de una inflación que, de seguir así, superará ampliamente el techo del 60% que alguna vez se proyectó.