El exdiputado provincial Germán Kiczka (44) y su hermano Sebastián (47) conocerán este miércoles el fallo del Tribunal Penal que los juzga por tenencia y distribución de fotos y videos de pedofilia. Los fiscales Martín Rau y Vladimir Glinka pidieron una pena de 15 años para Germán y 12 años para Sebastián. Además, solicitaron que se mantengan sus prisiones preventivas.

Los hermanos están acusados de "tenencia, facilitación y distribución de material de abuso sexual infantil (MASI)", pero el mayor de ellos también está procesado por el delito de abuso sexual simple de una adolescente de 15 años. 

Se trata de un proceso inédito en Misiones, tanto por el volumen del material incautado como por la relevancia política de uno de los acusados: Germán fue legislador provincial por el espacio libertario Activar, conducido por Pedro Puerta, hijo del exgobernador Ramón Puerta.

Durante el juicio, que se lleva adelante en el Salón de Usos Múltiples del Edificio Judicial de Posadas, se reveló el contenido de más de 900 archivos de pedofilia, incesto y zoofilia encontrados en dispositivos electrónicos secuestrados a los acusados. Las imágenes provocaron conmoción en la sala y reforzaron la línea de la acusación, que apuntó a una conducta reiterada y organizada de consumo y distribución de material aberrante.

La defensa de los hermanos intentó desligar a Germán de las computadoras halladas y concentrar la responsabilidad en Sebastián. Además, pidieron que se consideraran supuestos trastornos mentales como atenuante. Pero la estrategia se debilitó este lunes, cuando una testigo de uno de los allanamientos contradijo esa versión. “Esa notebook era de Germán”, habría señalado, en un testimonio que complicó aún más al exlegislador. El equipo judicial observó que la testigo se resistió a entregar el equipo, aunque fue el propio padre de los acusados, Leonardo Kiczka, quien señaló que pertenecía a su hijo mayor.

También declaró por escrito Pedro Puerta, quien pese a haber sido el impulsor político de Germán, rechazó cualquier lazo personal con él. “No existe ninguna relación afectiva ni comunicación actual entre nosotros”, afirmó el dirigente. Lo hizo amparado en sus fueros como diputado provincial, lo que le permitió evitar preguntas directas de la fiscalía.

Los imputados aprovecharon este lunes para ampliar sus declaraciones en una movida que pareció más desesperada que estratégica. No respondieron preguntas. Solo hablaron, como al inicio del juicio, buscando generar impacto antes de la resolución definitiva. Pero todo indica que no les alcanzará: Luisella Lorenzo, psicóloga forense clave en el caso dijo en su informe que “ambos comprenden la gravedad de sus actos”, lo que derriba por completo el argumento defensivo basado en supuestos cuadros psiquiátricos.

La expectativa es alta de cara al miércoles, cuando el Tribunal Penal Nº1 de Posadas, integrado por los jueces Gustavo Bernie, Viviana Cukla y César Yaya, defina el destino de los acusados. La provincia sigue atenta a un juicio que combinó política, delitos aberrantes y un intento de fuga fallido, y que podría sentar un precedente judicial por el volumen y la gravedad de las pruebas reunidas.

Sebastián Kiczka enfrentará, además, una causa paralela por facilitar la circulación del material pornográfico, cuya instrucción comenzará después de la sentencia. Si prospera, podría recibir una pena aún mayor a la que se defina este miércoles. La denuncia por abuso sexual de una menor también sigue abierta y en etapa de recolección de pruebas.