La UCR se reunirá este lunes en Mar del Plata para comenzar a diagramar lo que será el escenario electoral a nivel nacional. Con la presencia de dirigentes de peso, el radicalismo buscará ordenar las diferentes posturas internas con el objetivo de poder atravesar el 2023 más cerca de un armado de unidad

El encuentro, que se desarrollará en el Hotel Provincial, estará encabezado por el presidente comité nacional y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y contará con la presencia de referentes de peso como el titular de la bancada de la UCR en la Cámara baja del Congreso, Mario Negri; el presidente de la Convención Nacional, Gastón Manes; el mandamás del comité provincial, Maximiliano Abad; el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés; y los senadores Alfredo Cornejo y Martín Lousteau.

Las diferencias internas hoy son parte del menú. Y el radicalismo no pierde el tiempo a la hora de exponerlas con el fin de sentar posiciones. La probable ausencia del diputado nacional Facundo Manes, quien no confirmó si podría asistir, es también una forma de poner en acciones lo que hoy sucede hacia adentro.

Manes siente la presión de parte de un sector interno que busca correrlo de la discusión nacional. En otras palabras, que entregue el poder de mando a Morales para afianzar la idea de un único aspirante para poder tomar las decisiones concretas en torno a esa candidatura. Pero como suele pasar. Esto no conforma a todos. Y nadie quiere que las decisiones queden detrás un solo jugador que, a la vez, es el presidente del partido.

De ahí la necesidades de salir a “negociar” internamente cómo jugar. Llevando también contra las cuerdas a Morales con el fin de que abra más la discusión interna. El cónclave de hoy es una respuesta a eso. Y también una foto de horizontalidad.

Sin embargo, la imagen del encuentro del fin de semana junto a su correligionario Lousteau y los precandidatos a Nación, Horacio Rodríguez Larreta, y a Provincia, Diego Santilli, provocó la reacción de aquellos que hoy ven esa reunión como parte de una fotografía de “un radicalismo que ya no queremos ser y que ya demostramos que no vamos a ser”, le dice a Data Clave un dirigente bonaerense de la UCR.

El cuestionamiento es claro. “La sociedad ya entendió que lo del 2015 no fue una coalición de gobierno y que el PRO se llevó puesto todo y chocó. Hoy tenemos la necesidad de salir a competir en igualdad de condiciones”, refuerza la misma fuente. Y va al hueso: “No vamos a volver a ser el lado B del PRO. Ya no hay lugar para el servilismo”.

La lectura que se hace desde una parte de la UCR es que “las fórmulas cruzadas valen siempre y cuando se plantee un escenario de igualdad”. El problema que ven desde adentro es que el acercamiento de Morales y Lousteau a Larreta expone parte de “un acuerdo que podría perjudicar al radicalismo. “Me parece que a horas de juntarnos, salir a armar una foto que involucra Nación, Provincia y CABA no suma”, cierra.

Lo cierto es que hoy el radicalismo nacional se verá la cara a puertas cerradas para empezar a direccionar un camino común con el fin de tener a todos los actores en una misma línea. Y, si no se puede, claro, poder establecer cuales serán los mecanismos a utilizar para dar la compulsa interna.