La grieta libertaria se agranda en la provincia y ni el presidente logra apagar el incendio
El triunfo en CABA agudizó las tensiones entre los celestes digitales y los operadores de Karina Milei. La pelea por el armado bonaerense expone una disputa de poder feroz entre Santiago Caputo y Sebastián Pareja, con Macri, Ritondo y Espert en el medio.
La pelea que se venía cocinando a fuego lento dentro de La Libertad Avanza estalló tras el triunfo en la Ciudad de Buenos Aires. Lejos de unir al espacio, el festejo por la victoria de Manuel Adorni dejó al descubierto la grieta cada vez más profunda entre dos sectores: por un lado, Las Fuerzas del Cielo, los jóvenes libertarios liderados por el gurú presidencial Santiago Caputo; y por el otro, los armadores bonaerenses que responden a Karina Milei, con Sebastián Pareja, Martín Menem y Eduardo “Lule” Menem al frente.
En redes sociales la tensión se convirtió en fuego cruzado. Tweets irónicos, pases de factura y peleas por lugares estratégicos dentro del armado bonaerense marcaron el día después de la elección porteña. Mientras en la Capital lograron sentar en una misma mesa a los “karinos”, al equipo de Adorni y al núcleo duro de Caputo, en la provincia reina el caos. La campaña porteña —que incluyó la decisión de expulsar a Ramiro Marra, la polarización con el kirchnerismo y la consolidación de una oferta electoral unificada— se basó en una estrategia clara y conjunta. Nada de eso ocurre en el territorio bonaerense.
El epicentro de la discordia es el armado político en la provincia de Buenos Aires, donde Sebastián Pareja organizó una foto de “unidad” con José Luis Espert en la puerta de Casa Rosada, sin invitar a Agustín Romo, líder legislativo de los “celestiales”. El gesto no fue casual y encendió la mecha entre los dos mundos libertarios. “¿Y Romo?”, lanzó en X el influencer Daniel Parisini, conocido como Gordo Dan, íntimo amigo de Romo y vocero digital de los celestes. El objetivo: que Javier Milei tome nota.
La fractura también pasa por la estrategia electoral. Caputo y su gente apuestan a una alianza con sectores del PRO y algunos radicales, con la idea de construir un frente amplio anti-peronista. “Lo importante es ganarle al peronismo, como pidió Javier”, repiten. En ese plan, el operador de confianza de Milei mantiene un diálogo fluido con Cristian Ritondo, designado por Mauricio Macri para explorar un acuerdo formal con los libertarios.
Pero el entorno de Pareja pone el freno. “La elección en CABA demostró que podemos solos. No hace falta amontonar partidos. Si sumamos a los que están convencidos, como el Colo Santilli o Montenegro, podemos ganar en varias secciones”, aseguran. Además, rechazan cualquier acercamiento al radicalismo de Maximiliano Abad, por su voto contra los pliegos judiciales de Milei, su participación en la marcha por las universidades y su intento de crear una comisión investigadora sobre el caso $Libra.
La tensión se volvió más áspera en las últimas horas, tras versiones que afirmaban que Pareja había dicho que Caputo no forma parte de la campaña bonaerense. Aunque el armador lo negó, el rumor se viralizó y el enojo en las Fuerzas del Cielo no tardó en explotar. En paralelo, los tuiteros libertarios apuntan contra los punteros de Pareja, en especial Ramón “Nene” Vera, un histórico operador de Moreno que pasó por el kirchnerismo, el massismo y Cambiemos, y cuya hija, Andrea Vera, lo incorporó al armado violeta.
La verdadera pelea es por los nombres. Los celestiales insisten en la necesidad de tener “candidatos con espalda, jóvenes puros que representen el espacio”, mientras los armadores creen que con la marca Milei alcanza.
Por ahora, el único que podría frenar la interna es el propio Presidente, que observa desde la cima cómo crecen las tensiones entre sus bases. La elección de septiembre en Buenos Aires será la prueba de fuego para saber si La Libertad Avanza puede mantener su impulso sin autodestruirse en el intento.
En paralelo, Mauricio Macri sigue de gira por Europa, mientras su emisario en Argentina, Cristian Ritondo, avanza en conversaciones con los libertarios para explorar un eventual pacto electoral. La posibilidad de un frente común con el PRO será clave para definir el tablero bonaerense, donde se juegan más que bancas: se juega el futuro del oficialismo.