La Mesa de Enlace se pronunció en contra del proyecto de Ley del “Aporte Extraordinario a las Grandes Fortunas” y sostienen que se trata de un “impuesto confiscatorio” y que “afecta a la producción”.

La comisión nucleada por las entidades agropecuarias mostraron su preocupación por el proyecto que se discutirá en la Cámara de Diputados el próximo martes y que tiene como fin “recaudar fondos para mitigar los efectos de la pandemia por el coronavirus”.

Desde el espacio rural sostienen que es “un nuevo impuesto que se suma a la larga lista de tributos, tasas y gravámenes, incluyendo los derechos de exportación, que viene pagando el sector, aumentando aún más una presión impositiva ya de por sí insoportable para el productor”.

En la misma línea, indican que se trata de “un tributo de carácter confiscatorio, que atenta contra la inversión, la incorporación de tecnología y la creación de empleo, en un momento en que la Argentina lo necesita desesperadamente”.

También argumentan que esto se da a partir de las gestiones del Gobierno Nacional, que tienen la intención de “resolver el enorme déficit fiscal” que se da “producto de sostener un gasto público que crece día a día”.

“Este impuesto no impactará solo en las grandes fortunas, dado que es un impuesto que grava a los activos, incluso aquellos afectados a la producción, y no tiene en cuenta la eventual existencia de deudas generadas para su incorporación al patrimonio. Ello hace que, en un gran porcentaje de los casos, los afectados por este impuesto, lejos de estar en una situación holgada, deban desprenderse de activos claves como maquinaria agrícola o incluso tierras para poder hacer frente al nuevo gravamen”, agregaron.

Entre otros perjudicados, mencionan que “también afectará la capacidad de invertir en paquetes tecnológicos adecuados, lo que disminuirá los rindes, la cosecha y, por tanto, la capacidad del sector para producir alimentos para abastecer los mercados internos y externos”.

Por último, declararon: “En un momento en que nuestro país requiere recuperar la credibilidad y previsibilidad para atraer inversiones internas y externas que apuntalen su castigada economía y traccionen su recuperación de la crisis, este nuevo impuesto lo único que logra es minar la confianza y las expectativas a futuro”.