Con una agenda ajustada y sin margen para errores, Unión por la Patria, la UCR no alineada, la izquierda y la Coalición Cívica volverán a probar suerte el próximo miércoles en la Cámara de Diputados. Tras la fallida sesión de la semana pasada por falta de quórum, esta vez irán al recinto con el respaldo de un clima social más encendido y una convocatoria masiva en las puertas del Congreso. La prioridad es clara: declarar la Emergencia Nacional en Discapacidad, aprobar los proyectos previsionales y avanzar con las Emergencias Climáticas. Todo, bajo la sombra de una nueva amenaza de veto por parte del Ejecutivo.

El temario fue pulido con bisturí. Para no entorpecer el objetivo central, los bloques opositores decidieron dejar afuera temas que puedan generar cortocircuitos, como la comisión investigadora del criptoescándalo. En cambio, aprovecharán para emplazar a las comisiones de Educación y Presupuesto en relación a los proyectos de financiamiento universitario. La movida apunta a capitalizar el descontento acumulado por los recortes al sistema de salud y la atención a personas con discapacidad. “Vamos a ver cuántos baja el Gobierno”, reconocieron desde Encuentro Federal, conscientes de que el oficialismo intentará voltear la sesión como la semana anterior.

Uno de los puntos más calientes será el proyecto impulsado por el diputado Daniel Arroyo, que propone declarar la emergencia nacional en discapacidad hasta el 31 de diciembre de 2027. La iniciativa busca garantizar derechos básicos como salud, educación, trabajo e inclusión social. También prevé la restitución de las Pensiones No Contributivas dadas de baja en las auditorías, la actualización mensual de los aranceles a prestadores, y la equiparación de asignaciones para trabajadores de talleres protegidos. Además, contempla incentivos para la inserción laboral en el sector privado. Todo con un costo estimado del 0,42% del PBI, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.

El clima en la calle también juega su partido. Este miércoles, una multitud de organizaciones, familiares y personas con discapacidad coparon la Plaza Congreso. “Hay que tener estómago para vetar algo así”, lanzó Arroyo, sorprendido por el nivel de la convocatoria. Sus palabras cayeron como una piedra en la Casa Rosada, donde ya se escuchó el rugido libertario. Días atrás, el ministro Guillermo Francos fue tajante: “Norma que se apruebe y afecte los ejes básicos, el Gobierno la va a vetar”. La tensión se percibe hasta en los pasillos.

La oposición retoma proyectos sociales con respaldo en la calle y señales de fractura en el oficialismo

Pero no todo gira en torno a la discapacidad. La sesión también incluye un paquete de medidas previsionales que buscan mitigar el ajuste sobre los jubilados, otro de los sectores más golpeados por la motosierra. El dictamen de mayoría impulsado por Unión por la Patria propone un aumento del 7,2% en los haberes para compensar la inflación de enero, actualizar el bono previsional de $70.000 a $115.000 y mejorar la PUAM. Si bien reconocen que no todos los puntos lograrán respaldo, la actualización del bono aparece como la medida con más chances de avanzar.

También se pondrá en juego la continuidad de la moratoria previsional, que vence el próximo 23 de marzo de 2025. Desde el bloque peronista empujan una prórroga de dos años, aunque ya evalúan respaldar el proyecto de Massot, que introduce mejoras en la PUAM y abre una puerta para acceder a una jubilación mínima sin tener los 30 años de aportes.Dos vetos a los jubilados, no”, advierten por lo bajo algunos sectores del PRO, donde empieza a calar la idea de no seguir pagando el costo político de un nuevo rechazo presidencial a los adultos mayores.

La sesión del miércoles será, sin dudas, una prueba de fuego para la capacidad de articulación de la oposición. Con entre 131 y 134 diputados dispuestos a dar quórum, la cifra supera el mínimo de 129 pero sigue sujeta a las operaciones que el oficialismo pueda desplegar para desactivar la convocatoria. “Esto cruza todos los partidos”, sostuvo la diputada Victoria Tolosa Paz, en referencia al alcance transversal de los proyectos. Por ahora, el escenario está abierto y la tensión, garantizada.

Según el cronograma parlamentario, la sesión especial comenzará el miércoles a las 11 de la mañana y se espera una larga jornada de debates. Al margen del recinto, se prevén nuevas manifestaciones y vigilias por parte de organizaciones que respaldan la agenda social impulsada por la oposición. Las miradas también estarán puestas en los bloques sueltos y en los gestos que puedan surgir desde el PRO, especialmente si se confirma el quiebre interno en torno al respaldo irrestricto al presidente Javier Milei.