El Mundial de Qatar se lleva toda la atención en este fin de año, por lo que de no mediar sorpresas, no habrá grandes movimientos políticos en lo que resta del 2022. Y eso incluye la oficialización de candidaturas en el Frente de Todos, que hasta la fecha no tiene nombre propio para encabezar la boleta. En la vereda de enfrente, la situación opuesta: múltiples candidatos en Juntos por el Cambio.

Tal es la incertidumbre en el oficialismo que ni el propio Presidente Alberto Fernández definió si irá o no por un nuevo mandato. Claro, la magra gestión de su gobierno no le da un gran margen de maniobra ni hay mucho por mostrar. La apuesta es que el año que queda se logre una mejora económica que esté atada a una baja notable de la inflación, para que se sienta en el bolsillo. Allí están las chances del mandatario nacional. 

Pero claro, ese escenario encumbraría también al ministro con más poder del gabinete, el titular de la cartera de Economía, Sergio Massa. El oriundo de Tigre estaba llamado a ser el candidato de la unidad en el Frente de Todos, pero en las últimas semanas se mostró distante de esa posibilidad. Incluso amagó con bajarse: “estoy dando mis últimos pasitos en política” deslizó tiempo atrás. Hasta su familia se mostró en desacuerdo con que sea candidato.

“Hasta mayo, no vamos a entrar en la discusión electoral nacional. Tengo la obligación de concentrar el foco en la economía, las finanzas. Tengo que estabilizar la situación macroeconómica. Miren si tengo trabajo”, afirmó Massa este viernes en Bariloche, donde compartió un acto con la gobernadora rionegrina, Arabela Carreras y el mandatario neuquino, Omar Gutiérrez. Dejó una puerta abierta, con su clara habilidad para declarar.

Las cartas se muestran al final: Cristina amaga y Massa no se baja de la carrera para el 2023

Y si de elocuencia discursiva se habla, hay que mencionar a Cristina Fernández de Kirchner, quien volvió al escenario público el mismo día, pero en Pilar. "Siempre voy a hacer lo que tenga que hacer para que nuestro pueblo pueda realizarse en un proyecto de país. Éramos un pueblo alegre. Los recuerdo aquel 9 de diciembre en Plaza de Mayo. Volvamos a recuperar esa alegría, la alegría que el sueldo alcanzaba, esa alegría nos merecemos los argentinos y las argentinas", aseguró ante el nutrido auditorio en la UOM.

Y un dato: la vicepresidenta evitó cuestionar a Alberto Fernández. Reconoció las falencias de la gestión, pero habló de estar juntos y bajó el tono a la interna. También, al igual que Massa, dejó a libre interpretación qué será de su futuro. ¿Será candidata? Difícil, pero está claro que será -una vez más- protagonista del proceso de decisión. Otra perlita de su discurso: resaltó la labor del ministro de Economía, único funcionario que se llevó un elogio.

En el oficialismo, en especial en el cristinismo, crece con fuerza la idea de no mostrar las cartas hasta el final. Claro, el último antecedente, en 2019, salió bien: CFK definió sobre el pucho al candidato presidencial y tomó por sorpresa a propios y ajenos. Esto resolvió dos problemas de un plumazo: uno, selló la unidad del peronismo; y dos -no menos importante- evitó el desgaste del candidato en una campaña larga. Todo indica que irán por la misma receta en 2023.

El contraste con Juntos por el Cambio

Las cartas se muestran al final: Cristina amaga y Massa no se baja de la carrera para el 2023

La alianza opositora tiene un abanico de candidatos lanzados hace ya varios meses. El PRO con Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich a la cabeza, pero con María Eugenia Vidal cerca y un Mauricio Macri omnipresente. El radicalismo presenta a Gerardo Morales y Facundo Manes, aunque no habría que descartar a Alfredo Cornejo. Y hasta amagó con ser candidata la titular de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.

Pero fue esta última la que advirtió sobre el peligro de tener tantos candidatos de manera apresurada. "No entiendo cómo es posible que haya tantos candidatos, de todas maneras, la unidad está garantizada. Hay sobreinterpretaciones, va a haber internas porque hay diferencias, pero no creo que esto sea una cuestión esencial", señaló Lilita días atrás en declaraciones a Radio Mitre.

Y es que en algún punto, la multiplicidad de candidatos obliga a cierto enfrentamiento público, que es lo que puede verse por estos días en la alianza opositora. Las rispideces generan un desgaste lógico, que, de no contenerse a tiempo, puede traer más de un dolor de cabeza. Este es el peligro que también advirtió Macri, que ya llamó a ordenar a la tropa el próximo martes, para intentar bajar decibeles a la interna del PRO, al menos de la puerta para afuera.