La desorganización y la actuación de las fuerzas de seguridad en el megaoperativo desplegado entre Nación, Ciudad y Provincia de Buenos Aires en el cortejo fúnebre más importante de la historia trajo roces, acusaciones cruzadas y hechos insólitos. A las diferencias sobre el modus operandi de los efectivos de la Policía Metropolitana frente a los hinchas que se quedaron sin poder despedir a Maradona en la Rosada, se sumó otro desastre en Acceso Oeste.

La multitudinaria caravana que acompañó el cortejo fúnebre trajo desmanes, más incidentes y hubo tragedias evitadas de milagro. Pero, además, hubo una insólita descoordinación entre las fuerzas federales que custodiaban el coche donde se trasladaba el féretro de Maradona y la policía bonaerense, desplegada en territorio y en el ingreso al cementerio privado de Bella Vista. Cientos de motos y autos, fanáticos a pie en las autopistas y una cápsula de seguridad integrada por gendarmes y policías conformaban esa “marea” que tenía indicado un recorrido preciso para arribar al sitio del entierro. El itinerario, que llegó a la prensa alrededor de las 17:30, parecía sencillo: Av. Paseo Colón, Autopista 25 de mayo, Perito Moreno, Acceso Oeste, Camino del Buen Ayre y Calle Roca. Pero todo se complicó.

La Federal no conocía el camino y quienes encabezaban el cortejo no usaron GPS. Ya en autopista del Oeste y en el tramo final del traslado, perdieron referencias. Cuentan que el cartel del empalme con Buen Ayre estaba tapado debido a obras en la zona y se pasaron de bajada. Sí, el coche fúnebre que llevaba el cuerpo de Diego Armando Maradona, con millones de personas observando la caravana en el mundo y miles de hinchas en los accesos, tuvo que hacer unos dos kilómetros más para retomar, generando un caos en el tránsito y la aglomeración que las autoridades pretendían evitar.

Sergio Berni había supervisado el operativo desde un helicóptero. Desde el cruce de la General Paz estaría a cargo de un fuerte despliegue de efectivos bonaerenses pero la imagen aérea le permitió observar que algo estaba fallando, que había un error de cálculo. Cuentan que estaba incrédulo y a puro insulto. En un hecho inédito y en medio de la locura, el ministro de Seguridad provincial aterrizó la aeronave en el Acceso Oeste y se puso a ordenar el tránsito, como si fuera un agente. En la cartera cuentan que “pusimos 400 efectivos para controlar todo, la Federal iba al frente y se pasaron de puente”.

Según pudo reconstruir Data Clave, de los 400 policías bonaerenses abocados al dispositivo, 150 quedaron en el cementerio para evitar intrusiones. Hubo un fuerte cordón para controlar los accesos. Entre el dolor, la euforia y la desesperación por despedir al ídolo popular podía esperarse cualquier reacción por parte de los hinchas. De hecho, también hubo incidentes en la entrada al cementerio durante la accidentada llegada del cortejo. La bonaerense dejó una guardia permanente para circundar el perímetro del “Jardín de Bella Vista”, lugar elegido para el entierro de Maradona. Consideraban que la custodia privada del cementerio no podría contener a la marea humana que buscaba cercanía con el cuerpo del Diez a toda costa y hasta el final.

Luego de que el ministro del Interior Wado de Pedro acusara al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta por reprimir y que la Ciudad respondiera que el comando estaba a cargo de Nación, las broncas en el anillo de seguridad que supervisó todo lo atinente al sepelio de Diego se trasladaron a la Provincia. Hubo cortocircuitos desde que la caravana ingresó a territorio bonaerense y una vez más, diferencias de criterio entre las máximas autoridades de los ministerios antes del entierro del futbolista más grande de todos los tiempos.