La salida de la diputada bonaerense Débora Indarte del Frente de Todos y la conformación de un unibloque llamado Unidad para la Victoria dejó en evidencia la gran cantidad de espacios minoritarios que hoy habitan en la Cámara baja provincial.

En la actualidad son ocho los bloques que contienen a los 92 diputados que forman parte del recinto. El Frente de Todos, con 42 legisladores, pica en punta; seguido por Juntos, que cuenta con solo una banca menos. Las seis restantes son bancadas pequeñas: Avanza Libertad (3 diputados), Espacio Abierto Juntos (2), Izquierda Socialista, Frente de Izquierda de los Trabajadores, 17 de Noviembre y el mencionado Unidad para la Victoria, todos con un legislador.

Pese a que está claro que quienes mandan la agenda legislativa son los referentes del oficialismo y de Juntos, por ser la principal fuerza opositora, los bloques minoritarios tendrán por delante la tarea de ser jueces en aquellas votaciones más cerradas.

Es por esto que, más allá de las afinidades y del origen político de cada uno, se sabe, tanto desde el oficialismo como desde la oposición serán tentados para generar los acuerdos necesarios que permita avanzar o parar determinado proyecto.

Además, los bloques minoritarios tienen la posibilidad de ganar comisiones a su cargo en medio de un reparto que todavía no termina de cerrarse y, además, participar de ciertas reuniones en las que el gobernador o el propio presidente del cuero, Federico Otermín, puede citar a los representantes de cada bancada para discutir determinado proyecto.

Bajo este escenario hoy la Legislatura se divide en 42 voluntades del Frente de Todos más dos aliados (17 de Noviembre y Unidad para la Victoria), que funcionan de manera independiente. Lo mismo pasa con Juntos, que tiene 41 y con el aporte de los dos legisladores del possismo podrían alcanzar los 43 votos. Claro en una discusión más ideológica, habría que ver cómo se acomodarían los libertarios y la izquierda.

Lo que está claro es que hoy la Cámara baja está fractura en varios pedazos. Y, en esa línea, el possismo pidió que se trate el proyecto para reglamentar la figura de Interbloque que, en la actualidad, y a diferencia de lo que ocurre en el Congreso, no tiene validez.

Modificar el reglamento y permitir los interbloques es blanquear el funcionamiento de la Cámara. Es el momento para aprobar el proyecto porque se van a seguir fracturando bloques que van a continuar actuando como interbloques porque cada uno mantiene su independencia en su espacio político por el cual milita y trabaja”, sostuvo ayer durante la sesión el presidente del Espacio Abierto Juntos, Walter Carusso.

Y agregó: “Esto mismo sucede en el Congreso Nacional, en varias provincias y en los Concejos Deliberantes. Es normal que esto funcione así. Comprendemos que se tenga que madurar el proyecto pero lo vamos a volver a plantear porque no queremos que la realidad de lo que sucede en la Legislatura no esté plasmada en el reglamento”.

Del otro lado de la Legislatura, la situación es completamente diferente. En la actualidad, el oficialismo y la oposición se reparten partes iguales las 46 bancas disponibles. Con una particularidad. El FdT podría sufrir un quiebre en cualquier momento en caso de que el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, decida cortar por lo sano sus diferencias internas con La Cámpora y pedirle a la senadora Magdalena Goris que abandone el espacio.