Cristina Fernández de Kirchner tuvo su primera aparición pública después del intento de magnicidio que sufrió el pasado 1 de septiembre, habló en el Senado durante una reunión con los denominados curas villeros, Curas en opción por los Pobres hermanas, religiosas y laicas.

En una reunión a puertas cerradas que duró aproximadamente 45 minutos, la vicepresidenta abordó diferentes temas y, entre ellos, la problemática de los discursos de odio. Para referirse, eligió un repaso por la historia y aseguró que "siempre hubo grupos, no mayoritarios, pero si pequeños, pero de gran poder que quieren suprimir, eliminar al que piensa diferente".

"Tenemos la obligación los argentinos y las argentinas de retomar un camino que costó mucho", remarcó la expresidenta y agregó: "cuando alguien delinque no se lo puede matar, secuestrar ni torturar, hay que aplicar la ley. Y todos tenemos que tener ese ejemplo cívico como argentinos. El otro día, cuando pasó lo que pasó, fueron los militantes los que dieron el ejemplo: detuvieron al que me intentó matar e impidieron que vuelta a intentarlo, pero no hicieron justicia por propia mano, se lo entregaron a la Policía, a la ley". 

"La verdad es que yo no creo que tengamos que sancionar ninguna ley especial, sinceramente no creo que reconstruir eso que tanto trabajo nos costó lograr a partir de 1983 no requiere la sanción de ninguna ley, las que ya están vigentes alcanzan y sobran. Lo que hay que poner es mucha institucionalidad y mucho respeto democrático", dijo en referencia a los proyectos de ley que se estudian en la Cámara de Diputados para sancionar los discursos de odio.

Ley contra los discursos de odio: Cristina clausuró el debate antes de que comience

Tras el intento de magnicidio contra la vicepresidenta, un sector del Gobierno analizó enviar un proyecto al Congreso de la Nación para discutir una "Ley del odio", con la intención de "capacitar contra el odio" y "morigerar" los discursos o conceptos que se emiten en los medios de comunicación.

Uno de los que encabezó la discusión por la posibilidad de avanzar en un proyecto fue el diputado Eduardo Valdés, quién aseguró que trabajaban en una "Ley Micaela contra el odio" para frenar algunos discursos que, para ellos, son considerados de odio.

"Estamos en lucha contra el país del odio que quiere fomentarse desde algunos medios. Con mi equipo nos pusimos a trabajar en una Ley Micaela contra el odio. Creo que hay que hacerlo a conciencia. Espero que la iniciativa sea acompañada por oficialistas y opositores", manifestó.

Tras las declaraciones de Valdés, el Ejecutivo se encargó de aclarar que "no hay ningún proyecto que se esté analizando en ese sentido. No estamos trabajando en una ley sobre el discurso de odio. No está en agenda ni se estudia una ley denominada mordaza ni nada por el estilo".

Finalmente, este jueves se conoció la postura de la vicepresidenta al respecto y dejó en claro que tampoco apoya una medida de ese estilo.