El empresario Francisco Sáenz Valiente, detenido desde el 30 de marzo último por la muerte de Emmily Rodrigues Santos Gomes, la modelo brasileña que cayó al vacío desde el sexto piso de un edificio del barrio porteño de Retiro, fue liberado por "falta de mérito", aunque el hecho continuará siendo investigado.

La decisión fue tomada por juez de la causa, Martín Del Viso, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 31, quien dispuso que Sáenz Valiente (52) sea liberado mientras el hecho continua siendo investigado, para lo cual ordenó diversas medidas de prueba. 

El magistrado le impuso al empresario una prohibición de acercamiento a los familiares de la damnificada y a los testigos que declararon en la causa También le prohibió salir del país y le impuso la obligación de asistir cada 15 días a la sede del tribunal, lo que podrá cumplir de forma virtual o presencial. 

Para el juez, resulta necesario la profundización de la pesquisa “con el objeto de determinar lo que realmente sucedió en el interior del piso 6° del edificio” ubicado sobre la calle Libertad al 1500. Al empresario se le había imputado presuntamente haber ejecutado acciones que provocaron que la joven cayera, lo que le generó múltiples lesiones y fracturas que derivaron en su fallecimiento.

Asimismo, se le había atribuido la supuesta facilitación de estupefacientes y su domicilio para que tanto la víctima como otras mujeres que participaban de la reunión los consumieran, como también la tenencia de un arma de guerra de uso civil condicional, específicamente una escopeta, sin la debida autorización legal.

Sáenz Valiente fue indagado dos veces y negó las acusaciones. “(…) resulta innegable que existen aún varias interrogantes que no pudieron responderse, y esto solo se explica con las dificultades que representa la investigación de este particular episodio”, detalló Del Viso.

En la resolución, el juez hizo hincapié en la hipótesis del suministro de estupefacientes y la facilitación del inmueble para el uso de sustancias prohibidas, pero señaló las dificultades para sostener esta idea, ya que aún restan peritajes de los aparatos de comunicación y los resultados del informe toxicológico al cuerpo de la joven.

También quedan dudas sobre la cantidad de estupefaciente, su procedencia y a quién le perteneciera. "Tampoco se pudo determinar la habitualidad de las reuniones que se mantuvieron en la vivienda del imputado ni se ahondó en la declaración de las testigos que afirmaron haber tenido a disposición droga en ese inmueble en más de una ocasión. Tampoco puede soslayarse las incógnitas vinculadas a la vestimenta que llevara la damnificada antes o luego de la caída o las que ciernen incluso al mismo mecanismo por el que cayera al vacío", concluyó.