Los dos policías acusados de disparar y matar a Blas Correas al tirar contra el auto en el que se trasladaba con amigos por la capital cordobesa en agosto de 2020, fueron condenados este viernes tras un juicio por jurados a prisión perpetua por el delito de “homicidio calificado”.

Por unanimidad, los cabos primeros Lucas Gómez y Javier Alarcón fueron condenados por la muerte del joven. También les atribuyeron la tentativa de homicidio calificado de los cuatro amigos que iban junto a al adolescente de 17 años asesinado. Además, fueron inhabilitados de por vida para ejercer cargos públicos.

Dentro de los trece imputados dos fueron absueltos: se trata que el cabo Leandro Alexis Quevedo y del oficial ayudante Ezequiel Agustín Vélez quienes habían sido acusados de falso testimonio. 

Blas Correas (17) fue asesinado en la madrugada del 6 de agosto del 2020. El joven estaba a bordo de un Fiat Argo junto a cuatro amigos, pero los policías Alarcón y Gómez dispararon contra el auto durante un supuesto control.

Los adolescentes se dieron a la fuga y pararon en un sanatorio, sin embargo, en el lugar se le denegó la atención. Posteriormente, el grupo fue detenido en camino a otro centro asistencial. Los agentes buscaron encubrir el asesinato intentando “plantar” un arma en el vehículo, según se desprende de la causa.