El Ejecutivo nacional presentó este jueves el anticipo del Presupuesto 2026, un documento técnico que adelanta parte del escenario proyectado por el Ministerio de Economía para los próximos meses. El texto (que será enviado al Congreso en su versión completa en septiembre) incluye algunas definiciones clave: el tipo de cambio oficial cerraría 2025 en torno a los $1.229, la inflación interanual sería del 22,7% y el Producto Bruto Interno crecería un 5,5%.

En medio de un contexto todavía recesivo y con presión sobre el mercado de cambios, desde el Palacio de Hacienda remarcaron que la prioridad seguirá siendo el ajuste fiscal, aunque esta vez acompañado por señales de crecimiento en varios sectores.

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La proyección cambiaria, que asume una suba nominal del 20,4% para el dólar durante todo el año, supone que el valor oficial se mantendrá estable. De hecho, el documento sostiene que el tipo de cambio real bilateral con el dólar caerá un 8,6%, lo que implicaría una apreciación de la moneda local en términos reales.

Al cierre de la jornada del martes, el dólar cotizaba en $1.248 para la venta minorista y $1.231 en el segmento mayorista, niveles similares a los estimados para fin de año. La señal que busca dar el Gobierno es clara: evitar una devaluación brusca, incluso con un segundo semestre marcado por la mayor demanda estacional de divisas y la incertidumbre electoral.

Respecto de la inflación, el cálculo oficial plantea que el índice de precios llegará al 22,7% interanual. Con una suba acumulada del 13,3% entre enero y mayo, el margen restante hasta fin de año es de 9,4 puntos porcentuales. “La expectativa para junio es que vuelva a rondar el 2%, luego del 1,5% que marcó mayo”, destacaron.

En cuanto al crecimiento, Economía prevé un PBI en alza del 5,5%, apuntalado por el sector agropecuario, que subiría un 2,1% gracias a una cosecha de soja estimada en 49 millones de toneladas, lo que significaría una mejora del 1,6%. También sobresalen la industria, con un alza del 5,3%, y el comercio, que crecería un 7,6%. En el total, los bienes avanzarían un 5,1% y los servicios un 4,6%.

Del lado del consumo, las proyecciones oficiales indican un incremento del 7,2% en el gasto privado, 5% en el público y una fuerte suba de la inversión del 22,7%.

Pese a este repunte esperado, el frente externo muestra señales de alerta. Las exportaciones de bienes y servicios superarían los 100.000 millones de dólares, con un aumento del 3,7%, pero las importaciones crecerían 25,2%, lo que recortaría el superávit comercial a unos 4.913 millones de dólares, muy lejos de los 16.900 millones registrados en 2024.

De cara al 2026, el documento ratifica el rumbo actual. “Se continuará avanzando en el realineamiento de los precios relativos, la reducción sostenida de la inflación y la generación de las condiciones de estabilidad que permitan el pleno desarrollo del sector privado y la recuperación del crecimiento económico”, señala el texto.

Además, se destaca que “el equilibrio fiscal se mantendrá como un compromiso inclaudicable del gobierno”, junto a un esquema de asistencia directa “sin intermediarios”. En la misma línea, se reafirma la intención de profundizar la desregulación del Estado y de fortalecer las áreas de defensa y seguridad.

Aunque no se publicaron metas explícitas para la inflación o el tipo de cambio de 2026, el Ejecutivo incluyó algunas previsiones tributarias. Estiman que la recaudación crecerá un 22,3% interanual, lo que elevaría la carga tributaria del 22,23% del PBI en 2025 al 22,74% en 2026. Según el adelanto, ese incremento se explicaría por “cambios en el contexto macroeconómico y medidas de administración tributaria”.

En ese sentido, se descartaron modificaciones impositivas importantes y se mantendrán las alícuotas vigentes de retenciones al agro. Tampoco se anticipan reducciones en tributos claves, lo que confirma la decisión de sostener el esquema actual sin alivios fiscales a corto plazo.

El objetivo oficial sigue siendo el superávit primario, aunque sin una meta propia definida en el documento. La referencia implícita es el acuerdo con el FMI, que exige un resultado positivo del 2,2% del PBI para el año próximo.

El texto completo del Presupuesto 2026 será enviado al Congreso a mediados de septiembre, pero este adelanto ya marca el tono: ajuste fiscal.