El contenido extraído del celular de Alberto Fernández expuso una intimidad marcada por la hostilidad, las amenazas y el maltrato. Esta semana comenzó la etapa judicial de exhibición del peritaje técnico del teléfono del expresidente, en el marco de la causa por violencia de género impulsada por su expareja, Fabiola Yañez. En los chats peritados aparecen acusaciones cruzadas, insultos, promesas económicas, amenazas y relatos de violencia que coinciden con lo que ya había denunciado la ex primera dama ante la Justicia.

Uno de los mensajes más contundentes que dejó al descubierto la pericia digital es el que envió Yañez el 2 de septiembre de 2023: “No tengo nada que hablar con vos porque seguro me terminás pegando como siempre”. La frase aparece dentro de un contexto cargado de violencia verbal y psicológica, que según la investigación se habría extendido desde 2016 hasta agosto de 2024, con momentos de gravedad creciente, incluso durante el embarazo de la denunciante.

El material fue extraído de un celular y una tablet secuestrados en agosto del año pasado, por orden del juez Julián Ercolini, con intervención del cuerpo de peritos de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP). La revisión de esos dispositivos .

En los chats, Yañez le reclama a Fernández por un trato constante de manipulación, infidelidades y amenazas. “Me humillaste, me faltaste el respeto y me incineraste ante un país estando embarazada de tu hijo”, escribió la periodista en uno de los intercambios de enero de 2023. En otro mensaje lo acusó de llevar adelante un proceder “enfermizo de tener 20 mujeres a la vez” y de haber ejercido hostigamiento constante. La ex primera dama también se queja de que él le negaba perdón y desestimaba sus pruebas: “Solo decís que eran bromas y que estaba loca”.

El expresidente también dejó mensajes preocupantes. En un tramo le escribió: “Y mi vida es penosa. Solo espero morirme solo en el departamento y que alguien me encuentre y te avise”. En otro, directamente amenazó: “Chantajeame con mi hijo y mi libertad y vas a saber quién soy”. A la par de ese tono, prometía respaldo económico: “Por lo material no te preocupes. Nada te faltará”, decía. Yañez, en cambio, fue tajante: “A partir de mañana empiezo yo a ganarme la vida aceptando lo que me ofrezcan”.

Frente a la contundencia del material recuperado, la defensa de Fernández pidió que se destruyera la extracción forense del teléfono, pero el pedido fue rechazado por el juez Ercolini, que advirtió que eso hubiera implicado eliminar la “base informativa” de la prueba. También denegó la solicitud de la querella de obtener una copia completa de esa extracción, para preservar el derecho a la intimidad y la privacidad de los involucrados. La Cámara Federal porteña convalidó esa postura y el lunes el Ministerio Público Fiscal recibió formalmente toda la información.

El caso avanza con fuerza hacia una instancia de juicio oral, luego de que el pasado 15 de abril la Cámara Federal confirmara el procesamiento del exmandatario por dos hechos de lesiones leves, uno de lesiones graves, amenazas coactivas y abuso de poder, todos agravados por el vínculo. La Justicia dio por probado un contexto de violencia psicológica habitual y sostenida, con episodios físicos que se repitieron a lo largo de la relación. La pena en expectativa por los delitos combinados va de 3 a 18 años de prisión.

La causa, iniciada tras la denuncia de Fabiola Yañez, será evaluada próximamente en una etapa clave por parte del Ministerio Público Fiscal. Si el fiscal Ramiro González entiende que ya hay elementos suficientes, Fernández podría ser enviado a juicio oral antes de fin de año. La exposición del peritaje del celular marca un punto de inflexión en la investigación, que ahora cuenta con elementos técnicos que refuerzan el relato de la denunciante y colocan al expresidente en una situación judicial delicada.