La Ciudad de Buenos Aires dejó de ser un distrito más en el calendario electoral para convertirse en el verdadero campo de batalla de la derecha argentina. Mauricio Macri y Javier Milei decidieron jugar fuerte, cada uno con su tropa, cada uno con su apuesta, y se metieron de lleno en la pelea por la Legislatura porteña. La excusa son las listas para el 18 de mayo, pero lo que está en juego va mucho más allá: es el control político, simbólico y estratégico de un territorio clave para 2027.

De un lado, Macri se sacó el saco de expresidente y volvió al barro para acompañar la candidatura de Silvia Lospennato, diputada nacional y figura del PRO que busca hacerse fuerte en la Ciudad. No es casual: se trata de una dirigente leal al macrismo, con discurso afilado contra los libertarios y defensora del legado amarillo en el distrito. En los últimos días, se la vio en videos junto al exmandatario y al jefe de Gobierno, Jorge Macri, recorriendo calles, saludando vecinos y recordando los años de gestión PRO en la capital.

"Somos el único equipo que garantiza más y mejor educación, salud, seguridad e inversión en obra pública", dijo Lospennato en el spot que lanzó la campaña. Y remató con un tiro por elevación para Adorni: "Algunos quieren estafar a la gente y ni siquiera les interesa ejercer ese rol. Yo quiero ser legisladora de la Ciudad". La interna entre halcones no es nueva, pero ahora se volvió pública y feroz.

X de PRO Ciudad

Del otro lado del ring, Javier Milei eligió salir a bancar en persona a su delfín porteño, Manuel Adorni. El vocero presidencial no solo representa al oficialismo nacional, sino también al círculo más íntimo de Karina Milei, que es quien realmente maneja los hilos de la campaña libertaria. La decisión de que el propio presidente se muestre con su candidato no es casual: quieren dejar bien claro que "Adorni es Milei". Y para eso, ya programaron apariciones conjuntas, cierres de campaña con fuerte operativo de seguridad y hasta participación en el streaming "La Misa", que apunta directo al electorado joven.

El tablero se complica aún más por la doble jugada que ambos espacios intentan en simultáneo. Mientras se destrozan en la Ciudad, PRO y libertarios avanzan —a duras penas— en un posible entendimiento electoral en la provincia de Buenos Aires. Allí, cruzando General Paz, la hermana del Presidente se mostró con Sebastián Pareja y figuras del macrismo como Cristian Ritondo y Diego Santilli, en lo que pareció una señal de tregua. Pero desde el PRO no confían: “Para terminar de acordar, tengo que sentarme yo con Javier”, habría dicho Macri en una reunión con los suyos. La foto posterior con Ritondo, Jorge Macri y Pablo Petrecca fue leída como una respuesta directa al acercamiento con Karina.

En ese contexto enrarecido, la lista violeta de Adorni representa el poder real de la Casa Rosada en CABA. Aunque el vocero sea la cara visible, quien corta el bacalao es Karina. Pilar Ramírez, jefa del bloque libertario y mano derecha de "El Jefe", se encarga de garantizar que los nombres en la boleta respondan sin titubeos. “Ella está en todo, aunque no se vea”, repiten en Balcarce 50, donde saben que el nivel de exposición de Karina es inversamente proporcional al control que ejerce.

La tensión escaló tanto que ya nadie duda de que esta elección es una interna abierta de la derecha. Si el PRO queda tercero, Jorge Macri quedará herido y Mauricio perderá su bastión histórico. Si gana Adorni, Karina se quedará con el control del distrito. Pero si pierden los dos, será la derrota del proyecto de unidad. El 14 de mayo cierra el plazo de alianzas en provincia, el 18 se vota en CABA y el 24 se inscriben las listas bonaerenses. Una seguidilla explosiva que puede definir no solo una elección, sino el futuro inmediato de la política argentina.