Luego de un año de cuestionamientos internos, el pasado martes renunció el secretario de Prensa de la Nación, Eduardo Serenellini. Según dijo el periodista, tomó la decisión por “motivos personales”, pero la realidad es que su puesto venía siendo analizado desde hace mucho tiempo por la secretaria general de la Presidencia. “El Jefe” decidió darle la responsabilidad de la comunicación al vocero Manuel Adorni, quien desde hace meses viene construyendo una “megaestructura” dentro del Gabinete y que ahora absorbió el área que dejó vacante “Serenito”.

La imagen de Adorni fue creciendo con el transcurso de la gestión libertaria. De encabezar las habituales conferencias de prensa en la Casa Rosada, pasó a formar parte del círculo íntimo del presidente Javier Milei y de su hermana Karina. La escalada del vocero comenzó hace casi un año, cuando en medio de la polémica por la filtración de información a la prensa, la hermana presidencial decidió centrar la comunicación del gobierno en Adorni, sacándole responsabilidades a Serenellini. 

Con el pasar de los meses, Adorni fue ganando cada vez más poder y en septiembre del año pasado logró alcanzar un rango ministerial. De esa forma, la Secretaría de Comunicación y Medios se incorporó a la órbita de la Presidencia de la Nación, comandada por Karina Milei. 

Bajo este cargo, el vocero presidencial fue formando una megaestructura integrada por 208 empleados. El personal jerárquico está confirmado por un subsecretario, 20 directores y 12 coordinadores, cada uno de ellos con un equipo de colaboradores. 

Según el último informe de gestión que dio el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, la Secretaría de Comunicación y Medios cuenta con una nómina que incluye nueve diseñadores de comunicación y contenido institucional, seis camarógrafos, diez redactores, cuatro fotógrafos, 33 asesores, tres responsables de planificación, 16 consultores, seis asistentes administrativos, cuatro referentes de comunicación y contenido institucional, once analistas técnicos y hasta un asesor en sociología.

Tal es el nivel de confianza que logró con la Presidencia que fue uno de los funcionarios perdonados con respecto al pedido de austeridad con sus vacaciones. Como ocurrió con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien tenía un viaje programado con sus nietos a Disney, el portavoz fue autorizado sin problemas a viajar a Miami, desde donde continuó tomando decisiones y haciendo anuncios, sin mostrarse públicamente. 

Debido al nivel de aceptación que logró el vocero, comenzó a sonar su nombre para ser candidato en las próximas elecciones legislativas. “Si, claro. Si el presidente me lo pide, por supuesto”, afirmó Adorni en una de sus últimas conferencias del 2024 y agregó: “Incluso, si me pide irme a mi casa o lo que sea”. En ese marco, añadió: “Nosotros estamos acá, y el que no, no lo está, para empujar la agenda del Presidente. Si la agenda me pone en un lugar sea como candidato o estando en mi casa, o sea donde estoy, así será