Mariano Cúneo Libarona, de defensor de corruptos a verdugo de derechos
El ministro de Justicia de Javier Milei, carga con un prontuario judicial y político que despierta más dudas que certezas. De defensor de poderosos en los 90 a operador judicial del actual gobierno, su trayectoria está marcada por polémicas, vínculos con el menemismo y declaraciones que desafían derechos adquiridos.
Si hay alguien que encarna el oportunismo dentro del Poder Judicial, ese es Mariano Cúneo Libarona. No es solo un abogado mediático, tampoco un jurista con ideas innovadoras. Es, sobre todo, un sobreviviente del poder, siempre acomodándose donde sopla el viento. En los 90 defendió a los personajes más turbios del menemismo. Ahora, como ministro de Justicia de Javier Milei, encabeza la avanzada para desmantelar derechos y retroceder en materia de género, con su última propuesta de eliminar la figura del femicidio del Código Penal.
A través de sus redes, justificó la medida con la excusa de la “igualdad ante la ley”, argumentando que diferenciar entre femicidio y homicidio es un “privilegio”. La propuesta forma parte de una ofensiva más amplia que busca derogar la Ley de Identidad de Género y la paridad electoral. El mensaje es claro: el gobierno libertario no solo desprecia los derechos conquistados, sino que también los ve como un obstáculo.
Pero, ¿quién es realmente este abogado de la casta derechista? Su prontuario es más largo que su trayectoria en la función pública, y su historia está plagada de preguntas incómodas que nadie en el gobierno parece querer responder.
Hijo de un fiscal de la dictadura, Mariano Cúneo Libarona nació el 8 de junio de 1961 en Buenos Aires. Se graduó en la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA) y, con apenas 22 años, se metió en los Tribunales Federales. Su apellido ya pesaba, y su carrera despegó rápido.
Desde los 90, su clientela lo posicionó como el defensor de los poderosos. En su lista de representados figuran nombres como Eduardo Eurnekián, Sergio Taselli, Emir Yoma, Guillermo Coppola y hasta Carlos Menem. Defendió a personajes vinculados a casos de corrupción, narcotráfico y lavado de dinero. Su relación con el menemismo era estrecha, tanto que en 2001 Menem lo contrató para representarlo en cuatro causas penales.
Pero también tuvo su propio traspié judicial. En 1997 fue detenido en el marco de la causa AMIA, acusado de encubrir a Carlos Telleldín, el reducidor de autos vinculado al atentado. Aunque fue sobreseído, su nombre quedó pegado a uno de los mayores fracasos de la justicia argentina.
Con su llegada al Ministerio de Justicia, el panorama no cambió. Su discurso de “excelencia” y “transparencia” contrasta con su historial de maniobras al filo de la legalidad. Bajo su gestión, el DNU 70/2023 profundizó la desregulación económica, con consecuencias que recaen sobre los sectores más vulnerables. Su lema parece ser "menos Estado, más poder para los empresarios".
Su alineación con Javier Milei también tiene un trasfondo ideológico. Como fiel admirador del menemismo, Cúneo Libarona comparte la idea de que el poder judicial debe estar al servicio de la política. Lo dijo en una entrevista: "El poder político entró a la Justicia. Siempre estuvo. Nunca se fue. Llegó en épocas de mi querido Carlos Menem".
Pero si algo caracteriza su carrera es la habilidad para moverse en las sombras del poder. Durante décadas, ha sabido ubicarse en el lado correcto de la mesa, representando a quienes manejan los hilos de la política y los negocios. ¿Cómo puede alguien con este historial prometer independencia judicial?
De Yomagate a Lourdes Di Natale: los escándalos que lo persiguen
Uno de los episodios más oscuros en los que estuvo involucrado es el Yomagate (1991), un escándalo de narcotráfico que salpicó a la familia de Carlos Menem. Amira Yoma, cuñada del entonces presidente, fue acusada de integrar una red de tráfico de cocaína con destino a Europa. Cúneo Libarona asumió su defensa, logrando que la causa terminara en un sobreseimiento en 1994.
Tres años después, en 1997, su ex esposa Lourdes Di Natale, testigo clave en la causa por el tráfico de armas a Croacia e implicada en denuncias contra Emir Yoma, apareció muerta tras caer desde un décimo piso. Oficialmente, fue un suicidio. Extraoficialmente, sigue siendo un misterio con demasiados cabos sueltos.
Otro episodio que marcó su carrera fue el caso Guillermo Coppola (1996). El entonces mánager de Diego Maradona fue detenido tras el hallazgo de cocaína en su departamento. El caso terminó derrumbándose por irregularidades en el procedimiento. Cúneo Libarona, nuevamente, quedó en el centro del debate sobre la connivencia entre la justicia y el poder.
Ahora, con el manejo del Ministerio de Justicia, Cúneo Libarona no parece haber cambiado sus métodos. Desde su llegada, el gobierno de Milei viene dando señales de querer reformar el poder judicial bajo la bandera de la "desregulación". La eliminación de la figura del femicidio es solo un paso más en un plan más amplio que busca recortar derechos y desarticular cualquier protección legal para los sectores más vulnerables.
¿Estamos ante una reforma judicial o ante la consolidación de un sistema donde la justicia responde a intereses privados? La historia del abogado no deja lugar a muchas dudas. Mientras tanto, Cúneo Libarona sigue sumando polémicas, fiel a su estilo de operar desde las sombras del poder.