El "renunciamiento" al que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner catalogó de “proscripción” y que la llevó a exponer por qué no puede ser candidata en las próximas elecciones, terminó de sacudir la estructura de un Frente de Todos que hoy no encuentra un norte claro para direccionar los votos de un referente que permita oficiar de locomotora en un tren del que también dependen las provincias y los municipios.

La discusión hacia adentro del oficialismo muestra varios frentes por abordar, pero todavía sin ideas claras. Mientras un grupo de gobernadores de aleja de algunas posturas de Nación, como la vinculada al juicio político contra la Corte, se sabe que hoy la apuesta de un sector que va más allá del propio Frente Renovador está sujeta al rumbo de la economía: “Si todo mejora, que de hecho ya está pasando, no hay dudas de que Sergio va a ser candidato. Si por el contrario, las cosas no van bien es lógico que no se presente”, le dice a Data Clave un dirigente clave en el armado bonaerense que responde al massismo.

El FdT hoy no tiene plan B. Y la figura de Massa no convence a todos. Y es por eso que, de a poco, empiezan a surgir otras posibilidades para ganar músculo nacional dentro del gran, y dispar, armado que hoy representa al oficialismo.

En ese marco, el senado bonaerense, Paco Durañona, de fuerte raigambre federal y con clara identificación en el desarrollo de los municipios, habilitó una idea que hoy, según le confiaron a este medio, es una de las opciones que forma parte del escueto abanico de posibilidades con las que cuenta el Frente de Todos.

Para llegar competitivos a la elección, es fundamental organizar una gran PASO en todas las categorías del FdT. Sergio Massa y Axel Kicillof, sin dudas pondrían los ingredientes necesarios para la gran discusión nacional sobre el inicio de un nuevo ciclo”, sostuvo el exjefe comunal de San Antonio de Areco.

La idea es poner a las dos figuras más reconocidas a nivel nacional con las que cuenta el Frente de Todos a sacar músculo político como parte de una primaria en la que todo el oficialismo pueda decidir la mejor representación. Sin embargo, el gobernador bonaerense no tiene pensado ir por esa línea. Su mirada está puesta en renovar su mandato a nivel local para hacer de Buenos Aires un refugio de peso en caso de que las elecciones nacionales tengan un resultado negativo.

Axel quiere seguir en el rol que tiene. Todavía le queda mucho por hacer y es lo que transmite todo el tiempo. Hay una deuda interna que él reconoce y que tiene que ver con el límite que puso la pandemia y la imposibilidad de mayor desarrollo. Algo que en el último tiempo empezó a suceder. Y quiere seguir ahí”, cuenta, en confianza, un diputado bonaerense de llegada al ejecutivo provincial.

Pero el pedido no solo es en favor del movimiento nacional. Detrás de la presión bonaerense también está el jefe de Gabinete provincial, Martín Insaurralde, el dirigente de mayor llegada a los intendentes, quien viene utilizando como la segunda lapicera en el territorio. Se sabe que el lomense quiere ser gobernador. Y la posibilidad de que Axel vaya a pelear arriba lo pone en el escenario posible.

Pero en caso de no pasar, al dirigente le seduce la posibilidad de una PASO. Algo que en la Provincia se convirtió en mala palabra tras el recordado episodio del fuego amigo sucedido en 2015 tras la victoria de Aníbal Fernández en las primarias y el no acompañamiento del sector que comandaba Julián Domínguez en las nacionales algo que, en concreto, le posibilitó a María Eugenia Vidal tomar el poder de la Provincia.

Lo cierto es que Insaurralde mantuvo un encuentro con el secretario de Jefatura de Gabinete, Fernando “Chino” Navarro" y varios dirigentes del Movimiento Evita. Ambos tienen las mismas necesidades. Poner en juego una PASO. Y volver a la idea de un gobernador que sea intendente, que sea local y que conozca las necesidades del territorio.