El diputado nacional de Juntos por el CambioMartín Medina, que ingresó a la política desde el sindicalismo bonaerense, apuntó contra la “falta de fluidez democrática” en la conducción de los trabajadores .

En exclusiva con Data Clave, aseguró que entre los nuevos políticos existe el diálogo y sostuvo que el desafío es imponer en la agenda la lucha contra la pobreza.

La entrevista completa:

-Data Clave: ¿Cómo llegaste a la política?

-Martín Medina: Mi interés por la política empezó desde que tengo uso de razón. Mi abuelo fue dirigente sindical de los papeleros. Mi padre era militar pero siempre tuvo un nexo con la política. La discusión política siempre estuvo en la mesa. En 2003 tuve mi primera participación política, desde ahí comenzó, siempre cercano al peronismo. Con el tiempo empecé a participar en la fundación Pensar de Jorge Triacca. Desde el peronismo tratando de aportar.

-DC: ¿Qué le ofrece el PRO a un peronista?

-MM: Pluralidad de voces. Todos tenemos nuestro lugar. La libertad de poder decir, es algo que siempre rescato. Siempre encontramos el lugar para participar y mostrar nuestras ideas sin ninguna limitación.

-DC: ¿Por dónde pasan los reclamos de tu generación a la política?

-MM: El reclamo principal es a la agenda. Hablar de los problemas de la gente. Es algo que insistimos mucho en lo interno también. Hay que hablar de lo que le pasa a la gente y no de nosotros. Si Alberto nos dice algo, si cambia el cronograma. Hoy la gente no llega a fin de mes o le preocupa la llegada de vacunas. También que el diálogo sea algo habitual. Sin hipocresía. El trabajo de la política es tender puentes.

-DC: ¿Y lo ves presente esto de tender puentes en la generación de ustedes?

-MM: Si, en Juntos por el Cambio tenemos un grupito propio whatsapp que son los sub-35. Y nos mezclamos con los diputados del Frente de Todos. Tenemos un grupo de sub-35 también con los diputados del oficialismo.

-DC: ¿Y cuáles son los temas que más salen?

-MM: Y desde la agenda medioambiental que muchos lo ven hoy como una preocupación de los jóvenes. Pero también la discusión por ejemplo de la legislación laboral. Hemos compartido asados con Facundo Moyano donde coincidimos en que hay que modernizar para generar mayores oportunidades. Quizás el más moderado y yo más jugado en los cambios legislativos.

-DC: No se suele ver líderes de los sindicatos jóvenes como en otros ámbitos como el Congreso...

-MM: El sindicalismo no ha sabido modernizarse. Agarra una foto de los 80 y una actual y son los mismos. No existe una renovación, falta la fluidez de la democracia. Hay muchos intereses económicos. Esto también incluye una falta de compromiso del trabajador. Falta juventud, no de edad, de cabeza para adaptarse al mundo.

-DC: Tampoco se ha podido legislar desde el Congreso sobre este tema ¿Qué hace falta?

-MM: Hemos presentado proyectos para limitar las reelecciones en los sindicatos, presentación de declaraciones juradas. Apuntan a que los sindicatos puedan retomar una buena relación con la sociedad. Ningún dirigente sindical es bien visto pero renuevan constantemente sus lugares.

-DC: Algunos analistas manifiestan que políticos como Macri o Cristina deben dar un paso al costado, ¿qué pensas?

-MM: No creo que haya que jubilar a nadie. Lo que sí me interesan las actitudes, a Mauricio no lo veo con ganas de volver a ocupar cargos públicos. Nos abre las puertas y nos ha ayudado a crecer a muchísimos en la política. Creo que esta idea tendría que estar explícita en los presidentes argentinos. Tienen que ser la guía para la renovación. Nadie tiene que jubilar a nadie, debe ser un cambio cultural para que se generen las renovaciones.

-DC: ¿Y cuál crees que es el desafío principal que les van a dejar a la generación de ustedes los sub-35?

-MM: Los que somos hijos de la crisis del 2001, que vivimos mucho los niveles de pobreza y el desempleo, el desafío es instalar definitivamente la agenda de erradicar la pobreza. Si nuestro país no hace eso no tiene posibilidades de crecimiento. En eso coincidimos muchísimo en nuestra generación, es una idea constante. No es discursiva, los líderes de los movimientos sociales en su mayoría son jóvenes. Vivimos la crisis, algunos sin todo lo malo, pero vimos a muchos amigos que sufrieron mucho. Esa experiencia nos pone en agenda la pobreza.