El fiscal Marcelo Colombo rechazó hoy apartarse de la causa Memorándum con Irán y apuntó fuerte contra las querellas que buscan sacarlo del expediente. Respondió a los cuestionamientos sobre la realización de una audiencia que pidió Cristina Fernández de Kirchner y sobre la supuesta posibilidad de que se “caiga” el juicio. “No tengo intención de frustrar el juicio, sino todo lo contrario”, reiteró.

Las querellas que representan a los familiares de víctimas del atentado a la AMIA y a la DAIA llegaron a esta instancia con la acusación de que tanto los jueces como el fiscal Colombo quieren evitar que se realice el juicio y cuestionaron tanto la audiencia que pidió la actual vicepresidenta como la incorporación de la declaración de Ronald Noble como testigo.

Con respecto a la audiencia que se va a realizar y que aún no tiene fecha, Colombo explicó que estuvo de acuerdo en su realización por varios motivos. Primero, porque se suscitó una "una circunstancia novedosa, de público conocimiento y no analizada antes": las visitas de los jueces Mariano Borinsky y Gustavo Hornos a Mauricio Macri cuando era presidente. 

Para la Fiscalía, esta situación debe ser analizada para evaluar si se cumplió la garantía de juez imparcial. Cabe recordar que Borinsky y Hornos fueron decisivos al momento de reabrir la causa por el encubrimiento a través del Memorándum que había sido desestimada en tres ocasiones antes.

Mencionó allí la importancia de la publicidad de los actos, más cuando se trata de casos que implican “gravedad institucional” como este. Al contrario de lo afirmado por las querellas, sostuvo que no es su intención frustrar el juicio y recordó que en dos ocasiones ya pidió que se avance con el debate oral. En esa misma línea, añadió: “Somos cuatro magistrados que no somos amigos, apenas nos conocemos. ¿Los cuatro nos pusimos de acuerdo para frustrar el juicio?", se preguntó con ironía. 

Con respecto a la situación de Noble, ex secretario de Interpol, recordó que todos los fiscales que actuaron en la causa lo tomaron como testigo y nunca como imputado. Incluso, mencionó un fallo del juez que tiene un pequeño resabio de la causa aún en investigación donde el magistrado sostuvo que no hay elementos siquiera para llamarlo a una posible indagatoria. El testimonio de Noble es reclamado desde siempre por las defensas en relación a la supuesta caída de alertas rojas que pesan sobre los imputados por el atentado.

Ahora, la jueza Gabriela López Iñíguez y los magistrados José Michilini y Daniel Obligado deben decidir qué hacen con el pedido de las querellas y luego le pondrán fecha a la audiencia donde se debatirá lo sucedido con las reuniones de los jueces de Casación con Macri. 

Hay que destacar que justo esta semana cambió la sala de Casación que va a revisar los distintos inconvenientes de la causa. Después de años de conflicto, la sala IV (que integran Borinsky y Hornos) le envió su intervención a la Sala I. En Tribunales se preguntaban si no era esto una admisión de que nunca tendrían que haber intervenido.

Casi al finalizar la jornada, la jueza López Iñíguez protagonizó un insólito momento digno de los inconvenientes de la virtualidad. Durante la exposición del fiscal, uno de los abogados fue hasta el baño con la cámara prendida. La situación fue vista por todos y la magistrada tuvo que recordar que la audiencia amerita “un poco de respeto y cordura”. “Si deben atender urgencias de la naturaleza, apaguen su cámara”, concluyó.