La política de ajuste del gobierno de Javier Milei no dejó exento al sistema científico argentino. Según un informe del grupo Economía Política Ciencia (EPC), en los primeros 16 meses de gestión libertaria se destruyeron 4.148 empleos en Ciencia, Tecnología e Innovación, lo que representa una caída del 5,5%. Los datos, que forman parte de un análisis realizado para el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación, marcan una tendencia alarmante: los despidos masivos alcanzan a organismos del Ejecutivo, universidades nacionales y empresas públicas, todos pilares del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI).

Durante la reunión del directorio del Conicet del pasado 1° de abril, varios miembros expresaron su preocupación por la ola de desvinculaciones dentro del organismo. El recorte afectó directamente a 1.513 personas solo en el Conicet, de las cuales 751 eran becas y 762 pertenecían a cargos administrativos, técnicos e investigadores. El impacto es inédito: 2024 fue el primer año, desde 2007, en que cayó el número de investigadores/as de carrera, pasando de 12.176 en 2023 a 11.868 el año pasado.

“La situación es pésima y va a tener graves consecuencias en el desarrollo argentino”, advirtió Agustín Campero, ex secretario de Articulación Científico Tecnológica. “Los que se están yendo tienen entre 30 y 50 años. Son los que enseñan, los que forman. Es una pérdida que va a costar muchísimo revertir”, agregó.

El informe de EPC detalla que entre diciembre de 2023 y marzo de 2025 hubo 377 bajas entre los investigadores de carrera: 145 renuncias, 178 jubilaciones, 14 fallecimientos y 40 cesantías. En cuanto a las becas, 2.549 se dieron de baja, de las cuales 637 fueron por renuncia, y 43 fueron canceladas directamente. La falta de ingresos, la incertidumbre sobre el futuro y la reducción de recursos explican el fenómeno. La Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT) advirtió que los seleccionados de las cohortes 2022 y 2023 del Conicet aún no fueron formalmente designados. Algunos quedarán sin ingresos a partir de agosto.

En diálogo con Radio Delta, Ana Franchi, expresidenta del Conicet, fue categórica: “Los sueldos de los científicos han perdido un 40% en este año y medio de gobierno”. Y agregó: “La ejecución presupuestaria actual es apenas del 15%, y ese porcentaje se destina casi en su totalidad al pago de sueldos. No hay margen para sostener investigaciones, insumos, ni mantenimiento de equipos”. Para Franchi, la crisis es estructural: “No se hace ciencia sin dinero. Hoy estamos paralizados, y no porque falte talento, sino porque no hay recursos”.

Franchi también denunció situaciones insólitas que reflejan el nivel de deterioro del sistema. “En Mar del Plata, en un instituto del Conicet o una universidad, tuvieron que organizar una rifa para arreglar una heladera común. No estamos hablando de tecnología de punta, sino de electrodomésticos básicos para poder trabajar”, señaló. Además, recordó que la suspensión de los programas ‘Construir Ciencia’ y ‘Equipar Ciencia’ paralizó la creación de nuevos institutos de investigación y la adquisición de equipamiento estratégico, agravando el deterioro de la infraestructura científica.

“Estamos asistiendo al desmantelamiento masivo de grupos de investigación”, advirtió Jorge Geffner, investigador del Conicet, durante una reunión de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en Diputados. La combinación de menos ingresos, sueldos depreciados y falta de planificación amenaza con acelerar la fuga de cerebros, un fenómeno que crece a la par de la desesperanza entre las nuevas generaciones de investigadores.

El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) también se pronunció sobre el panorama actual: “Laboratorios desactualizados, menos becas para jóvenes investigadoras e investigadores y la fuga de talentos son algunas de las consecuencias inmediatas. A largo plazo, esto repercute en la capacidad del país para competir internacionalmente y desarrollar tecnología propia”. Las señales son claras, el sistema científico argentino está en emergencia.

Actualmente, el Conicet cuenta con cinco categorías en su Carrera del Investigador Científico: asistentes, adjuntos, independientes, principales y superiores. Son profesionales con formación universitaria que dedican su vida a la investigación, la docencia y la formación de nuevos cuadros. Hoy, con presupuestos congelados, salarios en caída y proyectos detenidos, todo ese entramado se encuentra en peligro. La continuidad de la ciencia nacional pende de un hilo que, por ahora, el gobierno de Milei no parece dispuesto a sostener.