En pleno viaje oficial a Israel, Javier Milei eligió la sede de la Universidad Hebrea de Jerusalén para opinar, por primera vez en público, sobre el fallo que confirmó la condena a Cristina Fernández de Kirchner por corrupción en la causa Vialidad. “Al ser el primer presidente que no interfiere con la Justicia, los resultados están a la vista y la Justicia independiente hizo lo que tenía que hacer”, lanzó el mandatario ante un auditorio repleto de estudiantes.

La frase no fue casual. Milei venía monitoreando desde Jerusalén los movimientos judiciales en Buenos Aires, pero se había mantenido en silencio. Solo había escrito un escueto mensaje en su cuenta de X: “Justicia. Fin”. Nada más. Su comentario en la universidad no sólo fue espontáneo, sino también funcional a la agenda diplomática y política que tejió durante su estadía en Medio Oriente.

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La confirmación de la condena a Cristina llegó mientras Milei se preparaba para recibir el Premio Génesis 2025, más conocido como el “Premio Nobel Judío”. La ceremonia tuvo lugar en el Museo de la Tolerancia y fue histórica: por primera vez se le otorgó a una persona no judía. “Para que quede claro: si bien me nombran como el primer no judío en recibir este honor, parafraseando a Borges, toda persona occidental es, en esencia, griega y judía”, remarcó el mandatario, acompañado por su hermana Karina Milei, el canciller Gerardo Werthein y el embajador Axel Wahnish.

El premio, dotado con un millón de dólares, será donado en su totalidad a organizaciones que combaten el antisemitismo en todo el mundo. Pero más allá de lo simbólico, la entrega fue una escena pensada al milímetro: Isaac Herzog, presidente del Estado de Israel, estuvo presente junto a figuras claves del oficialismo israelí, y todo concluyó con una ovación tras su grito: “¡Am Israel Jai! ¡Viva la Libertad, carajo!”

El viaje presidencial a Jerusalén sirvió también para firmar el llamado Memorando de la Democracia y la Libertad junto al primer ministro Benjamín Netanyahu, que se acercó hasta el hotel King David —altamente custodiado— para sellar el documento. El texto fue elaborado por Werthein y negociado por Wahnish con instrucciones directas de Milei, y lleva implícita una carga política evidente: el uso de la palabra memorando como una respuesta simbólica y directa al acuerdo con Irán impulsado por CFK.

Milei cruzó a CFK en Israel y aprovechó el Nobel judío para reforzar su alianza con Netanyahu

La escena fue atípica: Netanyahu, que no suele firmar acuerdos fuera de sus oficinas oficiales, aceptó hacerlo en un salón donde habitualmente se sirve el desayuno. Pero la decisión buscó imprimir un gesto de cercanía y excepcionalidad a la alianza con Milei, al que Israel ya reconoce como uno de los líderes más proisraelíes del continente.

Tras el encuentro con el premier israelí, el presidente argentino partió hacia el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv, desde donde emprendió vuelo hacia Madrid, la última escala de su gira internacional.