Javier Milei decidió patear para después de octubre el debate por la reforma de la Corte Suprema de Justicia. En una charla en Olivos con un legislador que forma parte de su círculo de confianza, el Presidente fue claro: "No está en agenda avanzar con cambios en la Corte antes de las legislativas". El motivo, según explicó, es estratégico: quiere esperar a ver si logra sumar bancas con sus aliados en el Senado y así evitar tener que sentarse a negociar con el peronismo.

El problema es que para mover cualquier ficha en el máximo tribunal, La Libertad Avanza necesita sí o sí del kirchnerismo. La ampliación de la Corte, así como la designación de nuevos jueces, requiere de los dos tercios de la Cámara alta. El legislador que lo visitó se lo dijo sin vueltas: "Hay que hablar con el bloque mayoritario, no hay forma de evitarlo. No es pecado negociar".

La interna con Victoria Villarruel quedó otra vez al descubierto. En la Casa Rosada no ven con buenos ojos que la vicepresidenta avance sola en negociaciones de este calibre. Según fuentes al tanto de la conversación, Milei fue tajante: un bloque reducido no alcanza para sentarse a discutir los 300 cargos que están en juego, desde jueces y fiscales hasta el procurador y el defensor del pueblo. Por eso, en Balcarce 50 están dispuestos a esperar hasta que se defina cómo quedará conformado el Senado después de octubre.

Los libertarios confían en que podrán sumar fuerzas en CABA, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego, donde se eligen senadores. En seis de esos ocho distritos, los gobernadores son aliados al oficialismo y ya aportaron votos clave en temas como la Ley Bases y el respaldo al veto presidencial sobre los aumentos a jubilados y universidades. En total, se renuevan 24 bancas, de las cuales 15 hoy pertenecen a Unión por la Patria.

Mientras tanto, en el Senado, el tema sigue latente. El debate arrancó con el pie izquierdo: la audiencia para discutir la ampliación de la Corte terminó con el kirchnerismo exigiendo directamente la salida de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. Los proyectos ya están en análisis en las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia y Asuntos Penales, pero el plenario fue calificado por el entorno de Milei como "un papelón".

Los senadores que no están ni en la trinchera oficialista ni en la opositora creen que el proyecto no se define por el número de jueces (si son 7, 9 o 15), sino por la voluntad del Ejecutivo de sentarse a negociar. "Algún día van a tener que hacer política, aunque les moleste la palabra", soltó en los pasillos un senador dialoguista, que cree que el acuerdo con el peronismo es inevitable.

Por ahora, el plenario pasó a cuarto intermedio sin fecha definida, aunque se espera que en los próximos días se reúnan Alejandra Vigo y Juan Carlos Pagotto, presidentes de las comisiones, para organizar las siguientes audiencias. Vendrán jornadas informativas con juristas, organizaciones y especialistas que quieren opinar sobre cómo debe estar conformada la Corte.

En total hay ocho propuestas sobre la mesa, aunque la de Juan Carlos Romero, cercano al oficialismo, es la que más respaldo cosecha: propone llevar el tribunal a siete miembros. Unión por la Patria insiste con su plan aprobado en 2022 para ampliar a quince jueces, mientras que otros plantean nueve miembros y cumplir con el cupo de género.