La renuncia de Débora Indarte al bloque del Frente de Todos tuvo su impacto directo en la Legislatura bonaerense. Sin embargo, la raíz del conflicto va más allá del ámbito parlamentario. Las diferencias internas en la coalición de gobierno nacional, a partir de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia de la bancada oficialista de la Cámara baja por el acuerdo con el FMI, siguen generando repercusiones en todos los distritos.
Y Mar del Plata no es la excepción. Es por esto que, rápido de reflejos, el intendente local, Guillermo Montenegro, sabe que se encuentra frente a un momento político para aprovechar. 

Las elecciones internas de autoridades municipales dejaron en evidencia la gran distancia interna que hay entre La Cámpora y el peronismo anti kirchnerista que se ubica cercano al albertismo. La victoria de la lista apoyada por la jefa del ANSES, Fernanda Raverta, terminó de dinamitar el armado oficialista a nivel local. Sobre todo luego de que la camporista acusara al jefe comunal de participar activamente en favor de la lista que se referenciaba en Rodolfo “Manino” Iriart y que terminó perdiendo las elecciones.  

Raverta manifestó a través una carta pública que “fue la primera vez que en nuestra ciudad un intendente se involucra en una interna del Partido Justicialista”. Y agregó: “Puso toda la estructura municipal a trabajar en favor de una lista”.

“La Cámpora pensó que iba a ganar la elección por 90 a 10 y cuando se encontró con un 58 a 42, buscó escalar la derrota para mostrarse como la contrincante de Guillermo”, le dijo a Data Clave un dirigente cercano al intendente.

Y añadió: “El Gordo dijo el otro día que si el tuviese el 42 por ciento del peronismo local sería gobernador o hasta presidente. La estrategia de Fernanda es decir que le ganó a Montenegro. Nosotros tenemos un grupo de peronistas que forman parte de nuestro gobierno y que, como afiliados, se presentaron a votar. Pero eso no tiene nada que ver con poner el aparato y todo lo que expresó ella. Es una respuesta en caliente ante una victoria edulcorada”.

En concreto, Montenegro llevó en la lista oficialista de las últimas elecciones legislativas a Mercedes Morro, la secretaria General de UTGHRA, y referente local del peronismo disidente. No es la única pejotista que forma parte del gobierno. De hecho, el armado local de Miguel Ángel Pichetto está adentro del gobierno.

“Somos un grupo abierto para participar. Y está claro en cómo estamos constituidos. Somos uno de los pocos distritos donde hay un gobierno en el que realmente funciona una coalición, con el radicalismo muy presente en el gabinete. Y no tenemos ningún límite establecido para alguien que esté interesado en aportar. Obvio que está claro que nosotros no tenemos nada que ver con La Cámpora y de seguro ellos no querrían estar con nosotros”.

La convivencia entre Montenegro y Maximiliano Abad, principal referente del radicalismo a nivel local y presidente del bloque de Juntos en la Cámara baja bonaerense es muy buena, según aseguran quienes ven el día a día. “Eso no quiere decir que el día de mañana ellos tengan sus opciones para presentar una interna. Está dentro de lo lógico”, le dice la misma fuente a este medio en relación al juego del radicalismo que, hoy en día, cuenta con varias secretarías de peso dentro del ejecutivo municipal.

Como parte de una apertura que no termina, Montenegro se comprometió con Acción Marplatense (referenciado en el ex intendente Gustavo Pulti) en retomar ciertas líneas de planificación del ex jefe comunal con el fin de pactar en favor de la aprobación del presupuesto 2022.

Montenegro mira al 2023 como un escenario en el cual necesita tener lejos a La Cámpora, con el fin de polarizar la elección, y en órbita al resto de los partidos. En ese camino se encuentra.