Este lunes comenzó un evento clave para dilucidar qué ocurrió en la muerte de Diego Armando Maradona. ¿Hubo negligencia, hubo abandono, mala praxis? El evento es el debate de la Junta Médica, veinte peritos convocados por la fiscalía de San Isidro para resolver 24 preguntas que la Justicia elaboró tras la investigación y la autopsia realizada sobre el cuerpo de Diego.

La causa, que se inició al día siguiente del fallecimiento de Diego, ya suma siete imputados, entre los que se encuentran el neurocirujano y médico personal, Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, El psicólogo Carlos Daniel Díaz, la médica de Swiss Medical Nancy Forlini, dos enfermeros y el coordinador de los enfermeros. 

A la junta la integran los cuatro peritos oficiales, que practicaron o presenciaron la autopsia; 6 médicos especialistas en distintas disciplinas, los siete imputados en la causa, sumado a profesionales presentados por la defensa y por la querella (que representa a las hijas de Maradona). 

Lo que resuelva este equipo será clave para que la fiscalía formalice finalmente la acusación frente a los imputados, que puede ir desde abandono de persona, homicidio culposo u homicidio con dolo eventual. 

Ahora bien, el motivo de esta junta médica es resolver una serie de cuestiones a la que llegó la fiscalía. Cuestiones que hacen al estado en el que murió Maradona y que podrían derivar en las acusaciones mencionadas. 

En primer lugar, el informe elaborado por los fiscales y que se presentó a los peritos hace al cuadro clínico y estado general del excapitán del seleccionado argentino. Por caso, se consulta en el punto 4 si “el cuadro cardiológico observado requería suministrar al paciente alguna medicación específica para esa afección”. En el siguiente punto se pregunta “si los psicofármacos suministrados al paciente conforme las historias clínicas recopiladas y el intercambio de mensajería instantánea entre el equipo de salud tratante, presentaba contraindicaciones con el consumo de alcohol etílico y, en su caso, se expliciten los efectos que causa la ingesta concomitante de estas sustancias”. 

Se interroga también sobre los fármacos que se suministró al paciente y detalles sobre “la patología que el causante presentaba al momento de su internación en la Clínica Olivos el pasado 3 de Noviembre de 2020”. 

La fiscalía hace hincapié, en el punto 8, respecto a “si al día 11 de Noviembre de 2020, el paciente se encontraba en condiciones psíquicas y físicas de ser externado de la Clínica Olivos y continuar su seguimiento en una internación domiciliaria”.

Este punto, para la fiscalía, es clave. La decisión del médico personal de que continúe el tratamiento en su domicilio, pese a las contraindicaciones, es una de las hipótesis que derivó en la imputación del entorno médico de Maradona.

Más adelante se insiste en el domicilio y en las facilidades con las que contaba el paciente en sus últimos días de vida. Y si eran suficientes respecto al cuadro que presentaba. En el punto 12, por ejemplo, se pregunta a la junta médica si “la coordinación del equipo de salud (visitas, controles, registros de historia clínica, etc.) se ajustó a las pautas de una adecuada internación domiciliaria”.

Otro elemento clave con el que cuenta la fiscalía es el testimonio de Pedro Di Spagna, el médico clínico que visitó a Diego el  12 de noviembre y había consignado una nueva visita para el 18 de ese mes, pero que finalmente no ocurrió. 

En síntesis, a lo que apuntan los fiscales (según indica el punto 23), es a responder si “en base a las respuestas esgrimidas, las conductas de acción u omisión del equipo de salud a cargo aumentaron el riesgo permitido para la salud de Diego Armando Maradona”.

Sobre estos 24 puntos discute ahora el seleccionado de peritos que involucra también a las partes involucradas, y que en menos de tres semanas podrá direccionar la ruta de los fiscales hacía una acusación en la causa que investiga la muerte de Diego Armando Maradona. 

Seguramente no habrá un dictamen común, habrán disidencias, pero la fiscalía ya planteó en esos 24 puntos sus dudas, y parece improbable que sea disuadida.