El juicio por la muerte de Diego Maradona dio un paso más para volver a la agenda judicial: este jueves se realizó un sorteo manual con bolillero para definir quiénes serán los jueces que tomarán el control del nuevo debate, luego de la anulación del anterior por el escándalo del documental protagonizado por la magistrada Julieta Makintach.

El tribunal elegido fue el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N.º 7 de San Isidro, compuesto por Alberto Gaig y Alejandro Lago. Como el tribunal está incompleto, se debió sortear un tercer integrante: fue seleccionado Alberto Ortolani, del TOC N.º 1, quien actuará como juez subrogante.

El procedimiento se realizó en una sala pequeña del palacio judicial de Ituzaingó, sin acceso a la prensa ni al público general. Solo ingresaron los fiscales, querellantes, defensores y el propio juez Gaig, que asistió como parte del acto. Afuera, la única familiar presente fue Giannina Maradona, quien esperó en la vereda durante toda la audiencia. Según explicaron desde el juzgado, la falta de espacio fue el motivo de la exclusión de otros asistentes.

De los seis tribunales en San Isidro, tres están incompletos. Ya había ocurrido lo mismo con el TOC N.º 3, el cual fue subrogado por Makintach –jueza del TOC N.º 2–, y cuyo rol en una serie documental derivó en la nulidad del primer juicio. En este nuevo armado, la jueza María Coelho, también parte del TOC N.º 7, quedó automáticamente fuera del sorteo ya que fue designada para otro proceso vinculado al caso: el juicio por jurados contra Gisela Madrid, la enfermera que eligió esa modalidad. Su conocimiento previo de la causa la inhabilita para intervenir en el nuevo debate.

Con el tribunal definido, ahora se abre un plazo de 15 días corridos para que las partes presenten sus planteos preliminares. Según fuentes cercanas a la causa, no se espera que los jueces se excusen, aunque podrían hacerlo si encuentran alguna razón válida. Por otro lado, los abogados ya planean sus estrategias de cara a las próximas etapas.

El juicio había sido declarado nulo por el impacto del documental “Justicia Divina”, protagonizado por la jueza Julieta Makintach, quien fue apartada del caso y suspendida por 90 días de forma obligatoria. La magistrada ahora deberá enfrentar un jury de enjuiciamiento.

Superado ese período, se podrá avanzar con la audiencia conocida como artículo 338, en la que se definirá la prueba a presentar, la lista de testigos y otros puntos clave del juicio. Esa jornada puede demorar más de un día, y si hay acuerdo entre las partes, se podrá fijar fecha para el nuevo debate oral.

Pero no todos quieren que eso ocurra. Los abogados defensores de los imputados, incluidos los de Leopoldo Luque (neurocirujano) y Agustina Cosachov (psiquiatra), ya preparan un argumento para frenar el avance del juicio: “ne bis in idem”, una garantía constitucional que impide que alguien sea juzgado dos veces por el mismo hecho.

La jugada, sin embargo, está sujeta a controversias. Especialistas en derecho penal explican que ese principio solo puede aplicarse cuando ya hubo un veredicto. “Como el juicio anterior se anuló en etapa de prueba, no se puede hablar de un juicio completo”, advierten. Aun así, los defensores apuestan a una frase clave del artículo 1 del Código Procesal Penal bonaerense: “Nadie podrá ser juzgado por otros jueces que los designados de acuerdo con la Constitución de la Provincia (…) ni ser perseguido penalmente más de una vez por el mismo hecho”.

Con ese fragmento, buscarán convencer al nuevo tribunal de que sus defendidos ya fueron perseguidos una vez por la muerte de Maradona y, por tanto, no corresponde volver a juzgarlos. Si prospera el planteo, los siete imputados podrían quedar absueltos sin pasar nuevamente por el banquillo.