La situación judicial de Pablo Moyano, titular de Camioneros y vicepresidente del Club Atlético Independiente, se complicó más esta mañana cuando la la Unidad de Delitos Complejos y Crimen Organizado del departamento judicial de Lomas de Zamora pidió su elevación a juicio en la causa en que se lo investiga como presunto jefe de una asociación ilícita integrada por la barra brava de la institución.

Para el fiscal Sebastián Scalera se acreditó que Pablo Moyano y “Bebote Álvarez” fueron líderes de la organización criminal donde se cometieron hechos como la reventa de entradas, las presiones sobre dirigentes opositores, la recaudación de puestos de bebidas y comidas y el manejo de los “trapitos” para los autos que se acercaban al estadio en los espectáculos deportivos.

En tanto, el fiscal hace referencia a que existió un plan para desestabilizar a Javier Cantero. Se basa en el testimonio como arrepentido de “Bebote”. Sostiene que existieron “concesiones recíprocas”: por un lado, la dirigencia habría contado con la utilización de la barra brava para “mantenerse al frente de la conducción política del club” y, por otro, la barra brava “recibiría la cobertura política y económica de la dirigencia para llevar adelante su actividad y percibir determinados beneficios".

Scalera sostiene que “la prueba demuestra que el plan para forzar a Cantero a dejar la presidencia del Club consistió en actos ilícitos realizados por la barra brava: ‘aprietes’ decididos, promovidos, validados y subvencionados por Pablo Moyano, Noray Nakis y Héctor Maldonado".

Scalera consideró como elementos de prueba las declaraciones de los barras, cuatro de ellos como imputados colaboradores. De las indagatorias se desprenden detalles de maniobras para el retiro de entradas directamente desde las oficinas de la empresa que las imprimía. Además, la fiscalía trabaja con charlas entre “Bebote” Álvarez y el el ex guardaespaldas e integrante del gremio de Hugo Moyano, Polaco Petrov; además pericias informáticas sobre equipos incautados.

En las escuchas con las que cuenta Scalera hay referencias a “El Salvaje”, mientras que los barras que declararon confesaron que así apodaban a Pablo Moyano pese a que el acusado lo negó siempre. De hecho, en la indagatoria que se realizó hace dos semanas, ni siquiera constestó las preguntas del magistrado. Scalera pidió que la causa sea elevada a juicio y espera la resolución de la jueza Brenda Madrid.