La tregua entre Aerolíneas Argentinas y los pilotos duró poco. Luego de un verano sin sobresaltos, el conflicto sindical vuelve a tomar vuelo: la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) evalúa lanzar un paro de 12 horas este miércoles, justo cuando comienza el movimiento turístico de Semana Santa. La medida, que todavía no fue confirmada, ya generó un ruido importante en la antesala de uno de los fines de semanas largos más intensos del año.

El sindicato que conduce Pablo Biró reclama una recomposición salarial acorde a la inflación y denuncia incumplimientos en el convenio colectivo. Entre los puntos críticos que señalan están los tiempos de descanso, programaciones, condiciones de uniformes y el estado del equipamiento electrónico. “Seguramente el paro va a traer arrastre durante toda Semana Santa. Esperemos que no se haga. Hay un montón de instancias para no llegar al paro”, advirtieron desde el entorno gremial.

La reunión clave para desactivar la medida está prevista para este lunes a las 16, cuando se sientan a negociar la conducción de la empresa y representantes del gremio. Por ahora, APLA es el único sindicato que amenaza con cesar actividades, aunque el antecedente reciente del paro general de la CGT —que obligó a cancelar 258 vuelos y afectó a 20 mil pasajeros— dejó un mal recuerdo. Aquella jornada significó un costo estimado de 3 millones de dólares para la compañía estatal.

Desde la empresa, que atraviesa una etapa de ajuste y proyecciones de privatización, sostienen que están haciendo todo lo posible para evitar otro conflicto que golpee la operación. “Estamos trabajando para desbloquear el conflicto y evitar cualquier perjuicio para los pasajeros, manteniendo el mismo principio de uso racional de los recursos de la compañía”, expresó. Si no hay acuerdo, el Gobierno podría intervenir con una conciliación obligatoria, aunque no hay definiciones al respecto.

Parte del trasfondo de esta pelea incluye la discusión por el convenio colectivo, que fue modificado a multas del año pasado. Entre los puntos readecuados se destacan la eliminación de los pasajes en clase ejecutiva para los pilotos y sus familias, el replanteo del sistema de remises para traslados al aeropuerto, y el cómputo del tiempo de trabajo desde que suben al vehículo. Cambios que no fueron bien recibidos por algunos sectores gremiales.

El conflicto también se reavivó después del fallido intento del Gobierno de echar a Biró del directorio de la empresa. Aunque fue removido en octubre del año pasado, el sindicalista logró ser reelecto como representante de los trabajadores en la asamblea de accionistas del Programa de Propiedad Participada. La administración libertaria lo acusa de haber promovido medidas encubiertas y de poner en duda la seguridad operativa de la aerolínea.

El paro de APLA, si se concreta este miércoles, puede ser la antesala de una semana agitada para el transporte aéreo justo cuando miles de personas planean viajar. La tensión entre el gremio de pilotos y la administración de Aerolíneas promete seguir en escena, mientras el reloj corre y la temporada alta se asoma.