El escenario internacional se volvió una maldición en los últimos años para nuestro país. Primero la pandemia, ahora una invasión de Rusia a Ucrania y su impacto en los mercados locales de las commodities. En ese marco, a la Argentina no le alcanzará la mejora en el precio de los granos que exporta para compensar la salida de dólares para importar energía.

Una pista de este proceso fue consignada por el Ministerio de Economía en el documento del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Allí se refieren a dos escenarios posibles. El primero, un empeoramiento en las condiciones externas con baja en los precios de las materias primas y un alza mayor a la actual en los costos de la energía. 

No obstante, se admite también que tampoco se puede descartar un marco más favorable. Las condiciones externas podrían ser más favorables y, la recuperación más “vigorosa” de lo que se preveía originalmente. 

En un mundo tan impredecible, resulta una quimera apostar por cualquiera de los dos escenarios. Lo cierto es que Rusia tiene un peso importantísimo en el abastecimiento mundial de petróleo (tercero a nivel mundial) y de gas (segundo detrás de Noruega). Por su parte, Ucrania tiene su preponderancia como un jugador muy significativo en el mercado mundial de granos.

Según datos de la audiencia pública de este año, durante la temporada estival la demanda de gas será cubierta por oferta nacional y gas de Bolivia en una mínima porción. El problema es, llegado el invierno, cuando Argentina necesita importar casi el 30% de su demanda con 9% del gas boliviano y 18% del Gas Natural Licuado.

Vale recordar que a principios de año el precio del GNL se ubicaba cerca de los US$ 28 dólares el millón de BTU. Ese valor es muy superior a los US$ 8,3 por millón de BTU que pagó nuestro país el año pasado. Ayer, el precio internacional tocó los US$ 50 por millón de BTU.

Un informe de la consultora Econviews destacó que, tomando un valor de US$ 40 para el GNL y de US$ 7,46 del gas boliviano, el país necesitaría US$ 7.543 millones para pagar importaciones. Esto significa “US$ 5.483 millones más que lo utilizado en el 2021 y US$ 2.659 millones más que lo estimado a principio de año. La guerra ajena nos va a salir cara”, precisó Econviews.

Así como el aumento de la energía implicará una mayor demanda de divisas, la suba de los commodities agrícolas tendrá el efecto contrario, es decir, generará una mayor entrada de dólares. El 2021 ya fue un buen año en términos de precios. Así, el complejo exportador del sector oleaginoso tuvo exportaciones por US$ 26.389 millones y el sector cerealero por US$ 13.941 millones, sumando entre los dos el 51,7% del total exportado

A pesar de la sequía, las perspectivas de ingresos de divisas son buenos por mejores precios que el año pasado e incluso en términos históricos. Con los precios de febrero, señaló Econviews, Argentina podría tener un ingreso extra de US$ 3.146 millones. Por último, “tomando sólo los precios de las últimas 5 rondas, este número se estira hasta los US$ 5.408 millones, aunque lo vemos poco probable”. 

Aún teniendo en cuenta el mejor panorama, el ingreso de dólares extra que traerá la cosecha argentina no llegaría a compensar las mayores erogaciones del Estado para abastecer la demanda energética. En los próximos meses, se verá la evolución del conflicto en Europa del este pero lo cierto es que hasta ahora, como sostuvo Econviews, “la guerra ajena nos va a salir cara”.