El economista y diputado nacional por Republicanos Unidos, Ricardo López Murphy, sacudió la escena política con una propuesta que ya está generando debate: presentó en el Congreso un proyecto de ley para reemplazar el peso argentino por una nueva moneda, el Argentum, a partir de enero de 2026.

La iniciativa establece que 1 Argentum (AG) equivaldrá a 1.000 pesos actuales, y que su centésima parte será el centavo. El proyecto no apunta a una reforma económica estructural sino a ordenar el sistema monetario. "La eliminación de ceros no cambia el poder adquisitivo de la moneda ni implica una reforma económica profunda, pero sí ordena, simplifica y da mayor claridad a las transacciones y registros contables", argumentó el legislador en los fundamentos del texto.

El nuevo signo monetario empezaría a tener curso legal el 1 de enero de 2026, misma fecha en la que el peso dejaría de ser moneda oficial. Sin embargo, durante los primeros seis meses del nuevo año, billetes y monedas actuales seguirían en circulación como parte de un proceso de transición. En ese lapso, la población podrá continuar operando con pesos mientras se adapta al Argentum.

Uno de los puntos más relevantes del proyecto es que las entidades bancarias deberán reconvertir automáticamente todos los saldos en pesos a la nueva moneda desde el primer día del año. También se modificarán las órdenes de pago, los cheques, los sueldos, las jubilaciones y cualquier obligación expresada en moneda nacional. Aclarando posibles dudas, el proyecto deja en claro que "esto no implicará modificación de las convenciones entre partes, salvo en lo relativo a la moneda de pago y siempre que estas hayan sido fijadas en pesos".

La propuesta se enfoca principalmente en reducir la complejidad de las operaciones cotidianas, apuntando a eliminar el uso permanente de cifras elevadas. "La utilización cotidiana de cifras con múltiplos de mil o millones para expresar precios, remuneraciones, presupuestos y operaciones comerciales complejiza innecesariamente las transacciones, los registros contables, los sistemas informáticos y la comunicación pública", sostiene el documento.

A la par de los beneficios prácticos, también se destaca un aspecto financiero: "es un cambio nominal que baja sustancialmente los costos tanto en impresión (de billetes) como en la parte digital", explicó López Murphy en declaraciones a iProfesional.

Además, el texto presentado hace un repaso histórico de los cambios monetarios que atravesó la Argentina. Se recuerda que en 1881 se estableció el "peso moneda nacional", reemplazado en 1970 por el "peso ley 18.188" (se le quitaron dos ceros). En 1983 apareció el "peso argentino", que eliminó cuatro ceros, seguido en 1985 por el "Austral", que restó tres ceros más. Finalmente, en 1991 se instauró el peso actual, quitando nuevamente cuatro ceros al anterior.

En definitiva, el Argentum se presenta como el quinto cambio de signo monetario desde la vuelta de la democracia. El proyecto aún debe comenzar su recorrido parlamentario, pero ya instaló el debate sobre si es momento de dejar atrás el peso argentino y encarar una nueva etapa monetaria.