El clima político y social en Río Negro se calentó en las últimas semanas, en consonancia con la previa de las elecciones provinciales, que se desarrollaron el 16 de abril. El caso es que los comicios se llevaron a cabo en medio de un clima enrarecido, con varios frentes abiertos. Todos conflictos salariales que llegaron irresueltos al domingo que a la postre terminó coronando a Alberto Weretilneck como nuevo gobernador. 

El más grave fue reclamo salarial de la policía , que encendió las alarmas en el Gobierno. Las protestas se replicaron en distintas ciudades y hasta hubo retención de tareas y un encadenamiento en el ministerio de Seguridad. También fue el que costó más arreglar, pese a que en los días siguientes a los comicios llegó la oferta superadora de Provincia y hubo acuerdos. 

Este viernes, funcionarios del gobierno y representantes del Consejo de Bienestar Policial y Penitenciario mantuvieron un encuentro en el Ministerio de Trabajo, tras la reunión inicial del jueves a la noche que permitió aplacar el conflicto en la Regional Segunda de Roca. Allí, el gobierno “asumió el compromiso de iniciar actuaciones preliminares respecto a las cuestiones disciplinarias” y “analizar cada situación individual”.

También se acordó un nuevo encuentro “dentro de los próximos 60 días” y el ministro de Trabajo, Jorge Stopiello, pidió “el mantenimiento de la paz social durante el período, hasta la próxima reunión, cesando toda medida de acción directa existente al momento del cierre del presente acta”. Al respecto, desde el Ejecutivo señalaron a Data Clave que “el acuerdo, en principio garantiza la paz social. En junio, cuando se sepa la inflación de mayo, nos volvemos a sentar y ver si la propuesta estuvo acorde al aumento de precios y también como evolucionan algunas mejoras edilicias y de movilidad”.

El conflicto con la policía se prolongó durante semanas y tuvo un correlato electoral.
El conflicto con la policía se prolongó durante semanas y tuvo un correlato electoral.

El caso es que las numerosas y simultáneas protestas de distintos sectores condicionaron el clima político y social en la previa a los comicios provinciales del 16 de abril. Como contó este medio tres semanas atrás, el reclamo salarial estaba justificado, pero las formas llamaron la atención de propios y ajenos. Un dato no menor fue la virulencia de las medidas de fuerza, algo inusitadas dentro de los 3 años y monedas de mandato de la gobernadora Arabela Carreras. De nuevo, los pedidos acordes a una crisis palpable en todo el país, las formas por otra parte, no tan en línea.

Por este motivo, no faltaron las sospechas de “financiamiento externo”, donde los apuntados fueron los sectores de la oposición, de uno y otro lado de la grieta. una de esas personas que se apersonaron en las manifestaciones participó de un acto político del candidato del PRO, Aníbal Tortoriello. En efecto, el representante amarillo hizo a la postre una gran elección, y quedó segundo, lejos de Weretilneck, pero con más votos de lo que reflejaban las encuestas previas.

El propio gobernador electo dijo recientemente en declaraciones radiales que los conflictos “no se resolvieron por la politización de los reclamos”. “Se notaba el apoyo de los otros candidatos al conflicto, la financiación en el caso de Tortoriello a la Policía”, disparó en diálogo con CNN Radio de Roca. Y añadió: “La virulencia de los conflictos, teniendo en cuenta el no acatamiento de la conciliación obligatoria por parte de UnTER, una Policía prácticamente acuartelada, creo que eso, financiados por la oposición como se vio, también tuvo su impacto en los resultados electorales”.

Un sector del oficialismo sospecha del incentivo del PRO en el reclamo policial.
Un sector del oficialismo sospecha del incentivo del PRO en el reclamo policial.

Asimismo, un sector del oficialismo desconfía del viejo archirrival del gobernador electo Alberto Weretilneck: ni más ni menos que el ministro de Justicia de la Nación, Martín Soria. “El PJ identificado con Soria financia y alienta este tipo de movidas. Pasadas las elecciones, esto se desinfla”, aseveraron a este medio en la previa a los comicios. Y así fue: días después de las elecciones, llegaron a un acuerdo. 

Pero también hay espacio para especulaciones sobre una práctica que todos niegan en cada espacio político, pero que la hay, la hay: el “fuego amigo”. Desde el entorno de Weretilneck sostienen que la actual gestión de Carreras no puso el suficiente empeño en destrabar los conflictos y los dejó crecer y perdurar durante la fecha electoral, para empañar la victoria del senador. Se sabe, la relación entre la mandataria y quien la antecedió y la sucederá no es cercana.

“Dilataron todo hasta después de las elecciones. Está a la vista. Fuego interno se llama”, arremetió un dirigente del oficialismo que no está alineado con Carreras. Y sentenció: “No hicieron nada para arreglar. Esperaron que pasara la elección para hacer la propuesta superadora. Está a la vista. Post elección arreglaron salud, seguridad y parece que educación. ¿Por qué no lo hicieron en marzo?”.