Fue intendente durante 25 años y, tras pegar el salto a la Legislatura bonaerense, nunca abandonó el control de su distrito. En la actualidad, todos saben que, más allá de que no está sentado en el sillón municipal, es quien dirige los destinos de uno de los partidos más importantes del Gran Buenos Aires.

Sin dudas, Julio Pereyra es uno de los más recordados barones del Conurbano. Y Florencio Varela, su casa. En diez días, tras ocupar un rol fundamental en la Cámara baja bonaerense, saltará al Congreso para convertirse en uno de los pocos caciques municipales de la vieja escuela en ponerse el traje de diputado nacional.

Pereyra entró en el puesto número diez en la lista que encabezó Victoria Tolosa Paz. Y su lugar en el Congreso, de seguro, no pasará desapercibido. Es que, al igual que en la Legislatura provincial, el nacido en Gualeguaychú buscará ser el nexo coordinante entre los intendentes bonaerenses y el ejecutivo nacional.

Su arribo al Congreso se da justo en el momento en el que los jefes comunales pujan para ponerle fin a la ley que prohíbe la reelección indefinida. Algo que Pereyra conoce bien tras sus siete mandatos consecutivos en Varela.

En los 90, el ahora diputado nacional fue parte de una liga de jefes comunales históricos que ejercieron su poder territorial durante una gran cantidad de años de manera consecutiva, como sucedió con Jesús Cariglino, en Malvinas Argentinas; Alberto Descalzo, en Ituzaingó (aún continúa); Raúl Othacehé, en Merlo; Hugo Curto, en Tres de Febrero; Alejandro Granados, en Ezeiza (también sigue); y Manuel Quindimil, en Lanús. Entre otros referentes del peronismo.

Su particularidad fue estar al frente de municipios con gran concentración de pobreza y contar con un fuerte aparato clientelar a través de punteros locales, quienes les facilitaron la perpetuidad en el poder.

Su gestión como intendente estuvo signada por escándalos de corrupción, denuncias por malversación de fondos y enriquecimiento ilícito. Duhaldista de la primera hora, en 2003 se subió al tren de Néstor Kirchner para luego encarrilar con Cristina Fernández cuando le pareció oportuno, convirtiéndose en un referente de la década kirchnerista en el conurbano.

Con estos antecedentes, Pereyra arribará al Congreso con el fin de ser la voz de los intendentes. Y el camino ya está iniciado. En los últimos diez días, el varelense se reunió en dos oportunidades con el Jefe de Gabinete nacional, Juan Manzur. La primera junto a Alberto Descalzo y Juan José Mussi (a cargo de Berazategui), dos viejos conocidos. La segunda, en soledad, con el fin de analizar las obras, la seguridad y el desarrollo local de obras para la Provincia.

Pero claro, se sabe, Pereyra es un armador. Y desde su rol a cargo de la Fundación Internacional para el Desarrollo Local (FINDEL), y con la experiencia de haber sido presidente de la Federación Argentina de Municipios (FAM) durante más de 10 años, tendrá un rol de valor para que la Nación atienda las necesidades de los distritos.