En la fría noche del domingo 23 de mayo, un puñado de veinticinco hombres de la policía de la Ciudad aguardaban ocultos dentro de un predio de la localidad bonaerense de Moreno la orden judicial que los habilitara para allanar una finca ubicada en la zona rural del partido de Merlo, a unos cinco kilómetros del lugar donde se encontraban apostados. El objetivo principal del despliegue era detener al narcotraficante más buscado por la justicia argentina: Raúl Martín Maylli Rivera, alias “Dumbo”, apodo que remite más a sus prominentes pabellones auditivos, que a la ternura de aquel elefantito recreado para el cine por Walt Disney.

El dato era certero. Allí se refugiaba el capo narco, junto a un puñado de sus siempre fuertemente armados colaboradores –todos integrantes de la comunidad peruana- “escapando” de la incesante pesquisa judicial, que se intensificó tras los tiroteos entre bandas ocurridos en Villa Lugano hace dos semanas, visibilizados por los medios de comunicación a raíz de la protesta vecinal que interrumpió el paso en la avenida General Paz reclamando protección y seguridad.

Pero en la madrugada del lunes, el jefe del operativo recibió un llamado del secretario del juzgado federal a cargo del doctor Julián Ercolini, que los dejó a todos perplejos: “ustedes se retiran, el operativo queda a cargo de la Policía Federal, con apoyo de la Bonaerense”. No hubo espacio para la repregunta. La comunicación se interrumpió y los efectivos de la Brigada de la Comuna 8, junto a los de Drogas Peligrosas de la fuerza porteña, debieron retirarse mascullando la bronca de quien siente que le están arrebatando el desenlace de una investigación de varios meses.

Para colmo, todo salió mal. La detención apresurada de un colaborador que salía del enorme predio rural en donde estaba la casa en la que Dumbo dormía plácidamente, despertó las sospechas de uno de los “campanas” que merodeaban por el terreno, quien alertó a su jefe de los extraños movimientos. Rápido de reflejos, el narco se escapó una vez más de las garras policiales. Y todo terminó en la nada. En otros operativos, las fuerzas federales sí lograron detener a dos individuos conocidos como Puñete y Bruno, a quienes se los sindica como estrechos colaboradores de Dumbo.

Los allanamientos habían sido solicitados por la fiscal federal Alejandra Mangano y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), conducida por Diego Iglesias. Pero Dumbo y sus lugartenientes también eran investigados por la fiscal en lo penal, contravencional y de faltas porteña Celsa Ramírez. El viernes pasado, en un operativo con la Policía de la Ciudad, Ramírez había secuestrado en el barrio Mugica 15.000 dosis de cocaína, 9000 de marihuana, cuatro cargadores de fusil, cinco cargadores de pistola, una escopeta 12.70, una pistola-ametralladora FMK3 calibre 9 milímetros, una pistola Browning 9 mm. y un silenciador, entre otros elementos.

Quiénes, cómo y por qué protegen a "Dumbo", el narcotraficante más buscado de la Argentina que atemoriza a Villa Lugano

La disputa es clara. Las investigaciones en simultáneo de los ámbitos judiciales federal y porteño, lejos de complementarse, parecieran obstruirse. Por eso este viernes habrá una audiencia virtual -a través del sistema CISCO Webex- para dirimir la competencia de cada justicia en el proceso que debería culminar con la detención del criminal más temido de la Argentina.

De lugarteniente a capo

"Tiene una organización muy bien aceitada, que permanentemente lo protege, integrada por soldaditos bien pertrechados con armas de poderoso calibre", explica a Data Clave uno de los efectivos policiales que lo viene investigando desde hace varios meses. A mediados de 2019, Dumbo desembarcó en el barrio Padre Mugica, de Villa Lugano, con la intención de asumir el control de su propio territorio.

Acostumbrado a cuidarle las espaldas a Marco Estrada Gonzales, alias Marcos, su compatriota y antiguo mentor que mandaba en la villa 1.11.14 –hoy condenado y detenido en una prisión federal-, Dumbo terminó erigiéndose en un personaje mítico, cabeza de una poderosa organización criminal que tardó dos años en consolidar su poder y transformarse en el nuevo capo narco de la ciudad de Buenos Aires.

A mediados de mayo, los principales medios transmitieron el despliegue policial en el barrio Mugica a partir de la protesta de un grupo de vecinos, que montaron barricadas y cortes de calles. Hartos de la connivencia entre bandas narco y fuerzas policiales que dejan hacer, salieron a protestar, reclamando "más seguridad, menos corruptos". El reclamo tenía un motivo de peso: los enfrentamientos a los tiros entre la banda de "los peruanos" y otra integrada por argentinos que controlan el negocio de la venta de estupefacientes del otro lado de la General Paz.

Cualquier criminal que se precie de inteligente sabe que la mejor protección para cualquier negocio ilícito es el perfil bajo. Por eso, los hechos de violencia que atrajeron a las cámaras de televisión terminaron provocando un efecto contraproducente. La investigación que hace varios meses lleva adelante la justicia -presionada por la indignación popular que provocó la impunidad con la que estos grupos dirimían sus asuntos a los tiros- se aceleró para obtener resultados urgentes. Allí comenzaron los operativos, las redadas, los allanamientos y las detenciones.

Uno de los investigadores le confió a este portal que la doctora Ramírez "viene pidiendo desde hace mucho tiempo las órdenes para accionar contra estas bandas, pero el juzgado siempre las demoraba, hasta que la violencia llegó a la televisión y ahí no tuvieron más remedio".

Por eso la semana pasada, se dispusieron varios procedimientos simultáneos en tres domicilios ubicados en los barrios Bermejo y Mujica donde se encontraron 25 panes de marihuana con un peso aproximado de 11.096 kilos; 14130 dosis de cocaína en envoltorio blanco con un peso aproximado de 2,842 kilos; 1700 dosis de pasta base con un peso aproximado de 0.577 kilos; 5.631 envoltorios color negro conteniendo marihuana, con un peso aproximado 34,677 kilos; dos chalecos antibalas, cuatro cargadores de fusil, cinco cargadores de pistola, 278 cartuchos de bala de diversos calibres y 92 cartuchos de escopeta.

Luego sobrevinieron los hechos narrados en la primera parte de este artículo, con el frustrado intento por detener a Dumbo. Hasta que finalmente este miércoles, un nuevo operativo dispuesto por el juzgado nacional en lo criminal y correccional federal número 11, se logró detener a Arturo Andia Ormeño, peruano, de 32 años de edad, a quien se sindica como la mano derecha de Dumbo.

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¿Cómo opera la banda de Dumbo?

La minuciosa investigación llevada a cabo durante meses por la policía de la Ciudad, bajo la atenta supervisión de la fiscal Ramírez, permitió reconstruir la mecánica de funcionamiento de la organización delictiva. "De las diligencias desplegadas se advierte la presencia de numerosas personas que ofician como marcadores, campanas, satélites, soldaditos, quienes para comunicarse entre sí utilizan un equipo tipo trunking, ello a los fines de alertar y/o dar aviso al resto de los integrantes de la organización respecto de la presencia de personal de las fuerzas de seguridad que pudieran intervenir en su accionar delictivo", detalla el informe al que accedió en exclusiva Data Clave.

Asimismo, surge de autos que Dumbo "habría adquirido una gran de cantidad de inmuebles, los que serían utilizados como lugares de fraccionamiento, y de acopio de diferentes drogas, como así también para guardar diferentes elementos utilizados para llevar a cabo las maniobras de narcomenudeo aquí investigadas, tales como armas, chalecos antibalas, y las radios que utilizan para comunicarse; a lo que se le suma la existencia de barreras precarias y/o obstáculos en las arterias de acceso a los barrios aquí investigados, impidiendo de tal modo la libre circulación de vehículos con el fin de disuadir y evitar la intervención de las fuerzas policiales".

En diálogo con varios vecinos del barrio Mugica, los efectivos infiltrados lograron constatar que los habitantes del lugar "estaban cansados de tanta inseguridad, ya que desde que llegaron los peruanos al barrio, no solo se dedican a vender droga, sino que también les pegan a las personas del barrio, usan armas todo el tiempo sin importarles la presencia de menores, y que por tales circunstancias, los vecinos del barrio están poniendo a la venta sus casas, las que en su mayoría son compradas por la gente que vende droga a un precio muy barato".

Del relato de un vecino entrevistado, surge que "las mujeres que integran la organización serían las que fraccionan la droga que posteriormente es vendida en el Barrio Bermejo, y que todos los vendedores, como así también los que ofician como campana son masculinos, que las mujeres que se encuentran con ellos son esposas de los jefes y/o familiares de estos últimos".

Para la investigación "este método es conocido por la modalidad que se llevaba a cabo en el interior de la Villa 1.11.14, donde las personas que comercializan estupefacientes cuentan con una cocinera que les llevaba bandejas de comida a los puntos de venta, para que no abandones los puestos de comercialización, como así tampoco las personas que se encuentran oficiando como campanas o soldaditos".

Los marcadores se encargan de guiar a los presuntos compradores de estupefacientes que se acercaban al sector, hasta incluso palpando a algunos de ellos. "En determinado momento, uno de los marcadores le realizó señas a Dumbo, quien respondió esgrimiendo de la cintura un arma de fuego de grueso calibre", detalla el documento..

Finalmente se logró establecer quiénes son las personas que ejercen el control total del sector investigado, obteniendo la identificación de varios involucrados en la organización delictiva dedicada a la venta de drogas, tales como el principal investigado y líder de la banda, quien se dirige a todos lados con “chalecos”, rodeado de quienes serían personas oficiando de custodia.

"A este sujeto se lo observó dando indicaciones a distintos individuos, recibir dinero en efectivo, portar, y manipular armas de fuego, realizando todos estos actos en presencia de menores de edad, y con total impunidad, inclusive en una oportunidad se lo percibió ordenarle a un niño a que se dirija hacia la Avenida General Paz a fin de verificar la presencia de móviles policiales" finaliza el informe.

Los investigadores confían en que, tarde o temprano, "Dumbo va a caer". Están convencidos de que "no se fue del país" y que "se encuentra oculto en algún lugar del Gran Buenos Aires". Después de todo, tal vez ser detenido sea para el capo narco la alternativa menos trágica que le puede deparar el destino. La banda histórica de los peruanos, que sigue reportando a Marcos, ya le puso precio a su cabeza. Es sabido que la traición, en estos ambientes, siempre se paga caro.