Reaparece la pelea por fondos universitarios: LLA intenta blindar su acuerdo con radicales
Mientras diputados de distintos bloques intentan reactivar una ley para garantizar recursos a la educación superior, el oficialismo descarta apoyar el proyecto y confía en que eso no afectará su intento de alianza bonaerense con un sector de la UCR. Las tensiones internas en la oposición juegan a favor de los libertarios.
La relación entre el oficialismo y las universidades públicas vuelve a entrar en zona de turbulencia. Rectores, gremios docentes y centros de estudiantes retomaron la ofensiva por un mayor presupuesto y empujan un nuevo proyecto de ley para garantizar el financiamiento de la educación superior en todo el país. Pero en el Ejecutivo ya avisaron que no tienen intenciones de ceder: la iniciativa será rechazada, igual que la anterior, vetada el año pasado por orden de Javier Milei.
Pese a la presión de sectores de la oposición (especialmente del peronismo y los bloques progresistas), en La Libertad Avanza no hay nervios. Aseguran que este nuevo intento “no pasará” y descartan que la movida afecte el incipiente canal de diálogo que mantienen con una parte de la Unión Cívica Radical, particularmente en la provincia de Buenos Aires. “No son todos lo mismo”, explican desde el oficialismo para justificar los contactos que se mantienen con algunos dirigentes boina blanca.
Uno de los actores clave en esa negociación es Maximiliano Abad, senador radical bonaerense, que semanas atrás retomó conversaciones con asesores libertarios con la mirada puesta en las elecciones provinciales. Si bien Abad votó a favor del proyecto anterior (el que fue vetado), su entorno insiste en que “el debate hoy se da en Diputados”, y remarcan que su historia personal, ligada al movimiento estudiantil y a la FUA, siempre lo mantuvo del lado del financiamiento universitario.
En el entorno del Presidente no parecen preocuparse demasiado. Aunque reconocen que las dos marchas masivas del sector educativo generaron incomodidad en el primer año de gestión, sostienen que lograron sortearlas sin mayores costos políticos. Ahora, ven este nuevo empuje parlamentario como “un manotazo de ahogado”. “Así como perdieron con las jubilaciones, también pierden con esto”, deslizan desde la Casa Rosada, con una mezcla de desdén y confianza.
El nuevo texto que busca llegar al recinto el 19 de junio cuenta con el respaldo de agrupaciones universitarias, gremios y legisladores de Unión por la Patria, el FIT, la Coalición Cívica y otros espacios progresistas. La reunión que se realizó esta semana en la Cámara de Diputados con rectores y dirigentes sindicales tuvo como objetivo avanzar con una estrategia común para defender la inversión educativa y ponerle fecha al tratamiento en el recinto.
En el oficialismo, mientras tanto, siguen diferenciando a los actores dentro de la UCR. Citan como ejemplo a Victoria Tavela, impulsora del proyecto, y aclaran que “Tavela no es Maxi”, en alusión a Abad. La lectura interna es que el radicalismo está demasiado fragmentado como para condicionar una eventual alianza electoral. Mientras Pullaro en Santa Fe y otros gobernadores toman distancia del Gobierno nacional, en lugares como Chaco, el entendimiento con los libertarios les permitió a ambos espacios ganar terreno.
Por ahora, las conversaciones con el sector “dialoguista” de la UCR no llegaron al círculo más cerrado de Milei. Ni Karina Milei, titular de LLA, ni su armador Sebastián Pareja se involucraron en la negociación. Pero sí hubo puentes entre Abad y el asesor estrella del Presidente, Santiago Caputo, que actúa como intermediario político en temas sensibles.
El proyecto universitario que será rechazado por el oficialismo recupera buena parte de los ejes que motivaron la propuesta vetada en 2024 y busca garantizar el presupuesto base para todas las universidades nacionales, sin depender de la voluntad del Ejecutivo de turno.