La Casa Rosada fue el escenario este mediodía de una reunión cumbre de los jefes de Gabinete de Nación, provincia y ciudad de Buenos Aires, luego de semanas de tensión y tironeos tras el DNU del presidente Alberto Fernández que suspendió durante quince días la presencialidad de las clases en el AMBA.

Poco después de las 11 se conoció la novedad de la convocatoria. Fuente del gobierno de la ciudad dijeron a Data Clave, que Santiago Cafiero invitó a su par porteño, Felipe Miguel, a la Casa de Gobierno, a partir de las 12.

Luego se supo que el encuentro se sumaría también el coordinador de los ministros de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, de manera de terminar con la falta de coordinación en las medidas que se puedan tomar en la zona geográfica que abarca a la ciudad de Buenos Aires y a los partidos del conurbano.

"Fue una buena reunión de trabajo, donde analizamos todos los indicadores y la situación en general. Todos coincidimos en que estamos atravesando una situación difícil con muchos casos y una gran exigencia sobre el sistema de salud", dijeron a Data Clave fuentes cercanas a Miguel, tras la reunión.

"También estuvimos de acuerdo en que  todos tenemos que trabajar en la importancia del cumplimiento de todas las medidas de prevención. Finalmente, coincidimos en que hay muestras de que la curva de casos comienza a descender lentamente y quedamos en seguir monitoreando las próximas 48 horas la evolución de la situación (dado que se empiezan a ver los efectos de la vacunación y de las medidas tomadas en las últimas semanas)  para volver a juntarnos y evaluar la posible adopción de nuevas medidas", se agregó.

Por el lado del Gobierno nacional, las fuentes dijeron que "Cafiero compartió la preocupación evidenciada ayer por los expertos respecto de la situación de “tensión” en el sistema sanitario por la falta de camas UTI en el AMBA y la recomendación de que fiscalice para que se cumplan las medidas".

Además, se indicó sobre la reanudación del contacto con el Gobierno porteño que "siempre fue voluntad del Presidente dialogar y consensuar, lo dijo desde el primer día. Pero consensuar implica que, como ocurría el año pasado, las medidas anunciadas se les respete y se las haga cumplir".

Fue un cambio de actitud, si se recuerda que la provincia de Buenos Aires aceptó e impulsó la suspensión de la presencialidad escolar durante dos semanas, mientras que la ciudad hizo todo lo contrario: defendió la apertura de las escuelas pese a la suba de contagios.

Las fuentes consultadas ya habían adelantando que hoy no habría anuncios y que las nuevas medidas, si se concretan, se adoptarían en los próximos díass. El viernes vence el último DNU que suspendió las clases presenciales y la circulación nocturna para los trabajadores no esenciales.

En la Casa Rosada aseguran que "Felipe Miguel va a pedir la escupidera", luego del sostenido aumento de casos en la ciudad, con el 84% de las camas de terapia intensiva de los hospitales públicos ocupadas y con un promedio de nuevos casos de covid que no bajan de los 2500 por día.

Lo cierto es que el encuentro se produjo cuando se registró un cambio de discurso en las autoridades de la ciudad de Buenos Aires: tanto el ministro de Salud, Fernán Quiros, como el vicejefe de gobierno, Diego Santilli, reconocieron en las últimas 48 horas que se analizan nuevas restricciones si se mantiene el ritmo de contagios.

Mientras el gobierno de la ciudad no baja la bandera de la presencialidad escolar, al menos en el ámbito de la primaria, ya se analizan medidas para el sector de la gastronomía y del comercio, como publicó Data Clave, pero no se contemplan cierres estrictos.

Eso es lo que pidió en forma pública el ministro de Salud de la provincia, Daniel Gollán, quien fue el más enfático reclamar más restricciones más estrictas durante los próximos quince días para contener la ola.