“Nuestro bloque es el bloque de la mayoría en el ámbito de la Cámara de Senadores, la voluntad popular así lo ha determinado y tiene un número importante para poder decidir por sí mismo e imponer autoridades. Y ha resuelto, luego de un análisis y un debate de los compañeros senadores y senadoras que lo integran, definir claramente que el rol del presidente provisional del Senado es un espacio que debe acompañar al partido del gobierno. Y por supuesto que entendemos y pensamos que es el partido del gobierno el que tiene que definir el orden y el nombre de las propuestas para el presidente provisional, dijo Miguel Ángel Pichetto el 3 de diciembre de 2015 en la sesión preparatoria del Senado que iba a recibir a Mauricio Macri como presidente.

Pichetto era el presidente de la bancada del Frente para la Victoria, Cristina Fernández de Kirchner aún era presidenta de la Nación y el bloque estaba unido. Con amplia mayoría por sobre Cambiemos, el por entonces kirchnerismo unido, como gesto le cedió la presidencia provisional del Senado a Federico Pinedo, pero además dejó que Gabriela Michetti, vicepresidenta de la nación, nombrara a los secretarios parlamentarios. De haberlo querido, el peronismo tenía número de sobra para complicarle las cosas a Cambiemos.

“Estas son reglas que no están escritas pero que hacen al correcto funcionamiento y que también dan claras señales democráticas frente a comentarios previos, frente a algunos análisis de algunos politólogos que sostenían otras cosas que no se ajustan para nada a lo que estamos decidiendo ahora”, cerró el ahora compañero de Macri en Juntos por el Cambio. Hector Recalde, en la presidencia del bloque en Diputados hizo lo mismo un día después para que Emilio Monzó fuera presidente de la Cámara baja.

La memoria parece haber olvidado esto. Un sector de la oposición, envalentonada por el resultado de las PASO, no oculta sus intenciones de discutir el sitio de preferencia en Diputados. Es Elisa Carrió y la Coalición Cívica que impulsa desde hace unos días el tema pero consultada por eso, Maria Eugenia Vidal, líder de la lista en Capital Federal, también reclamó el lugar en caso de pasar en número al Frente de Todos.

Ruido interno PRO

“No lo comparto, pero tampoco lo entiendo”, dijo un encumbrado dirigente de peso en distrito bonaerense que milita desde el territorio para la campaña de Juntos por el Cambio. El ala dialoguista además de no compartir el momento en que se propone la disputa, tampoco lo ve beneficioso.

Más allá de la gestualidad y los usos y costumbres de la actividad parlamentaria. No todos en la oposición creen que se pueda llegar a esa situación. “Creo que es muy improbable que se pueda lograr, pero además para mi es un error”, agregó el referente de la pata política de JxC. “Terminás involucrado en los dos próximos años desde un lugar casi de gestión, compartiendo el costo político de lo que vendrá”, concluyeron.

Pero además, este sector de la oposición entiende que para que avance una situación como esta debería haber “pleno acuerdo” interno. Algo que hoy no existe. Ni aún en el circulo mismo del PRO hay consenso en un pedido frente a la posibilidad de superar en número al oficialismo.

La pata radical

El bloque UCR, que conduce ambos bloques parlamentarios de lo que era Cambiemos y hoy es Juntos por el Cambio, principal beneficiado de aquel gesto peronista por ahora no se expresó. Salvo algunas voces aisladas que recordaron la presidencia de Eduardo Camaño en Diputados mientras Fernando De la Rua vaciaba de poder su propio gobierno, oficialmente no hay una respuesta concreta.

“Es muy temprano para discutir esto, hay que esperar las elecciones, no es momento para estos temas”, aseguró a Data Clave una fuente directa de la conducción radical a nivel nacional. 

En el bloque de diputados que conduce Mario Negri tampoco hay certidumbre. El tema no se habló internamente y el pedido a viva voz de sus aliados en la coalición apenas generó algunas voces públicas que no son parte de una postura uniforme ni mucho menos discutida.

El ruido interno está instalado. La elección que vuelve a ser el centro de la política partidaria de todos los sectores renueva la agenda. La posibilidad de sumar votos con mayor enfrentamiento aún está lejos de tener aval total en una oposición que para generar semejante movimiento deberá tener al menos a toda la tropa alineada. Más allá de lo que marcan las PASO, no le alcanzará para tener ni un solo díscolo si quiere pegar el zarpazo del sillón de Diputados.