La reciente denuncia pública que hizo el PRO sobre la intención del provincialismo local de eliminar las PASO en Chubut, dejó al descubierto una trama que va un poco más allá de la supresión de una herramienta electoral que hizo su debut en 2009 y, desde entonces, generó diferentes tipos de polémicas.

En la provincia del sur, el gobernador Mariano Arcioni, quien responde al superministro Sergio Massa, pactó con el Frente de Todos local para poder llevar adelante una alianza electoral que permita la supervivencia del provincialismo dentro de un armado general del peronismo.

Arcioni no puede ser reelegido ya que este es su segundo mandato (fue electo vicegobernador de Mario Das Neves en 2015) y las elecciones del 2021 lo eyectaron de todo tipo de proyecto unitario. Es así que, tras la fuerte victoria de Juntos por el cambio en los comicios de 2021, con el senador del PRO, Nacho Torres, como estandarte, las estrategias electorales obligaron al mandatario provincial a tejer vínculos concretos para seguir siendo gobierno.

Sin embargo, el problema principal no está puesto en la vereda de enfrente. Lo que expone la denuncia a la que suscribieron Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal pone de manifiesto las diferencias existentes entre el PRO y la UCR a nivel local.

Y el motivo es claro. El radicalismo ya aclaró que no tiene problemas en acompañar la eliminación de las PASO. ¿Pero qué hay detrás? De confirmarse esto, Juntos por el Cambio debería resolver sus candidatos en una interna partidaria, un movimiento electoral que tiene mucho menos participación que una primaria. Y, como es sabido, el radicalismo cuenta con la superestructura.

Es por esto que, en caso de que se supriman las PASO, el principal perjudicado será el PRO.

Algo que también sucede en Catamarca, donde el gobernador del Frente de Todos, Raúl Jalil, quiere avanzar en la misma línea; en Salta (Gustavo Sáenz logró suprimirlas); y en San Juan, donde el mandatario provincial, Sergio Uñac, modificó el esquema electoral y volvió a darle vida a la Ley de Lemas.

La denuncia generalizada de los referentes nacionales del PRO buscó instalar, además, la idea de que esto podría replicarse a nivel nacional. Este miércoles, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, volvió a referirse al tema y aseguró que “no se pueden cambiar las reglas de juego electorales a conveniencia del gobernante de turno, esto es válido para lo Nacional, la Ciudad y para cualquier provincia Argentina”.

Sin embargo, en los últimos días, la portavoz del gobierno nacional, Gabriela Cerruti, manifestó, de manera categórica, que el Gobierno no quiere suspender las primarias”.

Los rumores ya están instalados y se esparcieron con velocidad. Juntos por el Cambio, pero más que nada el PRO, quiere evitar que aquello que comienza a darse en las provincias se extienda a nivel nacional y que se siente un precedente que permita derogar las primarias para las elecciones de 2023.

Desde el Congreso, la oposición ya anticipó que no acompañará ningún proyecto en esa línea. Lo que resta saber, entonces, es si desde el Gobierno nacional están dispuestos a jugar esa carta.