Tras la victoria de Banfield en el Clásico del Sur del último fin de semana, Lanús (mediante su presidente Nicolás Russo) pidió los puntos del partido por una supuesta mala inclusión de un jugador del equipo albiverde. Los del Granate sostienen que Gregorio Tanco estaba suspendido, mientras que en Banfield afirman que (según lo que indica el artículo 223 del Reglamento de Transgresiones y Penas) el futbolista podía jugar el partido. Como toda cuestión relacionada al fútbol local, el caso será tomado por el Tribunal de Disciplina de la AFA, aunque a priori parece ser muy difícil que el reclamo de Lanús tenga un buen resultado. Hasta ahí, una cuestión que aparenta ser meramente deportiva. ¿Lo es? 

El detrás de escena 

Quienes lo vieron llegar al estadio (cuando faltaban 40 minutos para el partido), sostienen que Nicolás Russo estaba visiblemente alterado. La tensión del partido más importante del torneo contaba con el agregado de un trasfondo institucional y político. Tras el partido y con el resultado adverso, Russo tuvo su primer encontronazo con el capitán y referente Lautaro Acosta. En la zona de vestuarios y ante la vista de personal de AFA, árbitros y personal de seguridad, el jugador le espetó diversos insultos personales, algo que no es habitual en el mundo del fútbol. Incluso, en las imágenes que se vieron por TV se pudo ver la tensión del momento y hasta un forcejeo entre ambos. Luego de insultarlo abiertamente, Acosta le recriminó a Russo: “ocupate del club y dejá de usar a Lanús”. Esto se debe a la interna que Russo tiene en el club. El recambio de autoridades es en diciembre de este año, y de acuerdo a lo que indica el estatuto social, no puede volver a ocupar un cargo dirigencial. La ambición por continuar con poder y la proyección política fuera del club llevan a Russo a ser observado incluso por los referentes deportivos de su institución. 

La grieta interna de Lanús se da entre los sectores de Russo y el de Alejandro Marón (ex presidente en varios períodos). En el ala de Marón están encolumnados Luis Chebel (ex vice) y Hernán Arboleya (actual vice), entre otros. ‘Nicola’ busca retener el poder y las sucesivas derrotas con Banfield (hace 4 años que Lanús no puede ganar el Clásico) y el gran momento de su rival de toda la vida, hacen empañar el proyecto político del presidente de Lanús. Esta coyuntura, sumada a diversas polémicas con el delantero José Sand y el entrenador Luis Zubeldía, inquietan al dirigente deportivo y manchan su imagen. 

La ambición política de Russo 

Tras haber acompañado como primer candidato a Concejal al postulante a intendente por el Frente de Todos Edgardo Depetri en 2019 (perdieron las elecciones a manos de Néstor Grindetti, de Juntos por el Cambio), Russo volverá a jugar en la disputa electoral: esta vez para ser jefe comunal. En 2023 todo parece indicar que la elección será contra Diego Kravetz, hombre de confianza del actual intendente y esposo de la Ministra de Educación porteña Soledad Acuña. Grindetti, imposibilitado de ir por la re reelección, ya ungió a Kravetz como su candidato. Detalle no menor: ambos cuentan con el apoyo de Diego Santilli. Toda esta situación en el pago chico vendría acompañada de un rol protagónico de Grindetti en el armado de Rodríguez Larreta a nivel nacional.

Kravetz, abogado, experto en seguridad, ex diputado de la Ciudad y actual Jefe de Gabinete y encargado de la seguridad del distrito, apoya su candidatura en la buena imagen de Grindetti, lo que lo convierte en un rival de fuste para Russo. Por eso, el presidente del Granate necesita que el club sea su trampolín para poder estar a la altura en la contienda de octubre de 2023. Con los antecedentes que hay, Russo sabe que no es fácil ganarle a Juntos por el Cambio y a Grindetti: en 2019, tras haber ganado las PASO, la lista local del Frente de Todos perdió. Incluso, en las mesas de votación que estaban en la sede del club, ganó Grindetti, lo que significó toda una figura en ese momento y un trago difícil de asumir para el mandamás granate.  

En algunos sectores de Juntos por el Cambio ven con preocupación el alineamiento que hay dentro del FdT con Russo. Históricamente, ‘Nicola’ fue un referente del ‘Frente Renovador’ y un hombre de Sergio Massa. Ahora, todos observan como Russo se está acercando a los kirchneristas de la coalición que gobierna a nivel nacional y provincial, luego de que el hombre de La Cámpora Julián Álvarez haya perdido espacio en el distrito, cediendo su lugar de candidato lógico por el kirchnerismo local. Ante la baja del perfil de Álvarez, Russo podría surgir como único candidato del oficialismo nacional. Por eso, Kravetz lo mira con mucha atención, porque el secretario de seguridad local sabe que, si bien cuenta con todo el apoyo del aparato oficialista, no le conviene que Russo suba su perfil. Y para elevar su perfil, Russo necesita éxito en el club.

Sergio Massa mira con atención esta situación. Las idas y vueltas de Russo en el fútbol y los tropiezos con Banfield, pueden llegar a debilitar la imagen del dirigente deportivo, y por ende, de sus ambiciones políticas (y de las de todo el FpT). Observando esta situación coyuntural, no son pocos en el Frente de Todos los que piensan que un revés en el tribunal en el caso del partido con Banfield significaría un golpe para el tigrense. 

Los sucesivos problemas que viene teniendo Russo y los flacos números en las encuestas y sondeos locales, harían que otros candidatos locales se vayan perfilando como candidatos más potables y aglutinadores de votos en el distrito, que están listos para encabezar la lista local del Frente de Todos. 

Todo esto se suma a una situación que no pasó desapercibida en las últimas semanas: bajo el padrinazgo de Martín Insaurralde, justamente fanático de Banfield y referente político del oficialismo del Taladro, se lanzó recientemente la pre candidatura a intendente de Lanús de Omar Galdurralde, actual presidente de loterías y casinos de la Provincia y de largo recorrido en el peronismo del distrito hoy gobernado por Axel Kicillof. Galdurralde ya estuvo en primera fila en el acto de Alberto Fernández en la universidad de Lanús, donde Russo buscaba desesperadamente la foto con el primer mandatario.

La llegada de nuevos competidores le hace ruido al actual presidente de Lanús y lo deja aún más expuesto si la doble apuesta que hizo en los escritorios de Viamonte le sale rechazada, como pronostican los expertos en el tema.

El objetivo de Russo 

Tras la sufrida derrota en el Clásico, Russo se vio en la obligación de esquivar el foco de atención. No le convenía que se hable ni de la actuación de su equipo, ni de la bronca de sus hinchas por no poder ganar el Clásico ni de la acusación de no dedicarse al club. Muchas veces el accionar de Russo no condice con los intereses de Lanús. Eso, para los hinchas del fútbol es lo peor que puede haber en un dirigente. Y hace tiempo los granates señalan eso en Russo. 

El presidente de Lanús, un dirigente con mucho timing y hábil para acomodarse, esta vez está teniendo problemas para poder terminar de la mejor manera su ciclo como dirigente en el club y acomodarse en el mapa político. En el intento por salir de la encrucijada que se encuentra, Russo vio en la denuncia por la supuesta mala inclusión del jugador como una salida para poder ocultar los problemas con el sector de la dirigencia que responde a Marón y con los referentes de su club, otrora pensado como trampolín para su futuro político.

A pesar de que algunos lo apuntan como un eventual presidenciable en AFA en una era post Tapismo, muchos en Viamonte señalan que pese a su extensa trayectoria como dirigente lanusense, Russo no suma lo adeptos necesarios en ‘la Casa’ para tener una trayectoria en el fútbol por fuera de su club. Es por eso que apostó con todo a su proyección en la política nacional y con el reclamo en el tribunal, pone en juego mucho más que un clásico que perdió en cancha.