En una popular parrilla sobre la avenida 25 de mayo, en Ramos Mejía, ocurrió un episodio particular. Los gritos llegaban de los comensales. “Usted vergüenza le tiene que dar”, dice una señora. Otra se suma: “Dónde tiene la tobillera, tiene la tobillera y tiene prisión domiciliaria”. Luego un coro con aplausos pide “que se vaya” y la primera señora insiste, en un tono violento: “Andate chorro, ladrón, mafioso, mafioso, andate, andate por mafioso, por vos estamos asi, por gente como ustedes”.

El increpado fue Alberto Samid, el reconocido empresario matarife que cumple desde 2019 una condena a cuatro años de prisión por evasión de impuestos. La sentencia contra el dirigente se confirmó en noviembre del año pasado, en junio del 2020 ya había sido beneficiado con la prisión domiciliaria por problemas de salud. A fines del año pasado, tras los reiterados pedidos presentados por su defensa, Samid recibió la autorización del Tribunal Oral que lo condenó para efectuar tres salidas laborales por semana, en un horario acotado entre las 10 y las 14 horas.

El escrache ocurrió este mediodía y en apenas minutos el hecho circuló con velocidad por las redes sociales y los principales medios. En diálogo exclusivo con Data Clave, Samid contó su versión de los hechos. “Desde fines del año pasado tengo permitidas salidas laborales tres veces por semana, entre las 10 y las 14 horas", explicó el empresario, que debió abandonar el restaurante cuando comenzó el escrache y caminó las tres cuadras que lo separan de su domicilio.

"Para evitar inconvenientes, me retiré del local a mi casa, adonde llegué antes de las 14", agregó Samid, que debe avisar a las autoridades judiciales cada vez que sale de su casa y cada vez que ingresa. 

Respecto al evento, dijo: "Llegué y mientras los empleados bajaban la mercadería, el dueño me invitó a pasar y me ofreció sentarme a picar un pedazo de carne". No obstante, Samid no logró terminar el plato porque, ni bien fue reconocido comenzó a ser increpado, lo que aceleró su partida. 

"Eran las 13 horas, estaba dentro de mi horario de trabajo, cumpliendo con la reglas que me autorizó la justicia, no veo el motivo para semejante escrache", cerró Samid, que ya se encuentra en su casa en cumplimiento de la condena.