El alcalde de Río de Janeiro (Brasil), Eduardo Paes, decretó este viernes que a partir del sábado queda prohibida “la permanencia de individuos en la playa, tanto para hacer deportes, tomar baño o para actividades económicas”. La decisión fue motivada por la “muy crítica” situación sanitaria: están ocupadas el 95% de las camas de terapia intensiva. 

“Hago un llamado a los cariocas: es el momento de quedarse en casa”, pidió Paes, que días atrás ya había restringido el funcionamiento de bares y comercios después de las 21:00 horas y la permanencia de personas en la calle entre las 23:00 y las 05:00 horas.

La medida impacta ahora en las playas, que habían registrado numerosas aglomeraciones en las últimas semanas, de locales y turistas. 

La crisis impacta en todo Brasil. En San Pablo, por caso, son cerca de 500 pacientes de coronavirus aguardan por un lugar en los hospitales de San Pablo. El jueves, un joven de 22 años murió mientras esperaba por ser internado, cuya atención fue impedida por el colapso en los centros de salud de esta ciudad. 

Bruno Covas, alcalde de San Pablo, dijo en conferencia de prensa que la ciudad atraviesa “un momento de extrema gravedad”. Acumula 570.000 positivos y cerca de 20.000 muertos por coronavirus y es actualmente la ciudad más golpeada por el coronavirus en Brasil. 

Brasil, que se impone como el epicentro global de la pandemia, afectada por la cepa “manaos” del Covid-19, registró este jueves más de 2.600 muertes por tercer día consecutivo y alcanzó un promedio récord de 2.087 decesos diarios en los últimos siete días.