Es una obviedad que en estos comicios legislativos está en juego bastante más que la renovación de diputados y senadores en todo el país. Las elecciones de este 14 de noviembre son, por un lado, la antesala de la pelea grande en 2023; pero también un partido decisivo de cara a los próximos dos años de gestión que le quedan al oficialismo.

Y en esa contienda, una de las disputas clave se dará -una vez más- en la provincia de Buenos Aires. El territorio bonaerense concentra al 40% del padrón electoral nacional y además tiene a cargo a uno de los hombres fuertes del kirchnerismo, el gobernador Axel Kicillof. El otrora ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner no la tendrá nada fácil, si finalmente se repite el escenario de las PASO.

En el Senado ya corren de atrás, en una cámara bipartidaria, con 26 legisladores de Juntos por el cambio y 20 propios. Incluso pueden mejorar levemente esa marca y dejar el tanteador 25 a 21, pero en concreto, seguirán siendo minoría. En Diputados, en tanto, el panorama pinta peor: de las 45 bancas que ostentan hoy, perderían 3, mientras que la alianza opositora ganaría 6 escaños y llegaría a 44, dando vuelta la tortilla.

La pelea en la provincia por renovar la Cámara Baja se dará en la Segunda (11 diputados), Tercera (18 bancas), Sexta (11 lugares) y Octava (6 escaños). Solo en la región del conurbano logró imponerse el Frente de Todos y allí apuntan todos los cañones para intentar empardar la ecuación. La Sexta y la Octava le son muy esquivas, mientras que en la Segunda se le hace muy cuesta arriba al oficialismo por el predominio de Juntos en San Nicolás y Pergamino.

El otro dato a tener en cuenta es que el escenario más probable propone una Legislatura más polarizada que nunca. De los bloques que se resisten a la grieta -aunque algunos son aliados a la hora de los bifes- varios legisladores perderán su lugar. Hoy, Cambio Federal (juega en Juntos en esta elección) tiene 5 bancas y quedará con 2. Caso similar el de 17 de noviembre, que hoy tiene 2 representantes y con la salida de Mario Giacobbe quedará con solo uno. El Frente de Izquierda es la única fuerza que puede engrosar sus filas, aunque solo sumaría un lugar más: de 1 a 2. Luego, el Partido Fe mantendrá la única banca que tiene y habrá que ver si jugará para el oficialismo o no.

Las cabezas de los bloques mayoritarios quedarán igual en principio, ya que el actual presidente de bloque de Juntos por el Cambio y presidente de la UCR Maximiliano Abad no pone en juego su banca. Su par del Frente de Todos, Facundo Tignanelli, sí, pero no tendrá inconvenientes en renovar por la Tercera sección. 

“En principio, aunque no lo hemos charlado aún, no hay motivos para pensar en cambiar el actual esquema de funcionamiento y alianzas. Siempre la idea y el espíritu de Juntos, y del radicalismo en particular, es ir a la ampliación del espacio, sumando sectores que hasta ahora no nos han acompañado”, confió a este medio un dirigente opositor de peso en la Sexta.

Aunque aclaró: “Pero falta todavía pasar las elecciones del domingo, ratificar el triunfo, y ponerse a trabajar de inmediato en el tratamiento de las leyes que debemos sancionar antes de fin de año, como el Presupuesto. Después habrá tiempo para sentarse a elegir las nuevas autoridades de los bloques y de la Cámara”.

Y sentenció: “Lo único que está claro, y fue el mensaje contundente de las urnas al gobernador Kicillof, es la necesidad del diálogo para salir de la crisis. Nada será posible sin un acuerdo de partidos y de sectores, y eso es muy bueno para la democracia. Kicillof hasta ahora, por propia convicción, no lo hizo. A partir de ahora estará obligado a hacerlo”.

Ante este panorama, el gran acuerdo macro que vienen pregonando desde el oficialismo a nivel nacional cobrará vital importancia en la provincia de Buenos Aires, donde Juntos por el Cambio quedará -de repetirse o agrandarse las diferencias- potenciado y con la fuerza suficiente para poner en jaque a la gestión del Gobernador.