Desde que Alberto Fernández asumió como presidente, el jefe comunal de José C. Paz, Mario Ishii, encontró en su figura la posibilidad de acompañar su proceso político con el apoyo de su fuerza territorial. Fue, y sigue siendo, uno de los pocos intendentes que demostraron su apoyo incondicional al primer mandatario más allá de todos los conflictos internos que atravesó el Frente de Todos a nivel nacional.

Ishii no ahorró nunca en elogios en favor de la figura de Fernández y el Presidente le devolvió su apoyo incondicional con el anuncio de lo que, entonces, se presumía que era el anuncio del lanzamiento de su campaña por la reelección, en marzo pasado cuando hablaba desde la ciudad del oeste como “mi primer mandato”.

El jefe comunal, por entonces, reclamaba algo que muchos de sus pares del Conurbano no compartían. Que el bloque del Frente de Todos vote en su conjunto a favor del acuerdo con el FMI. Algo que no pasó y quedó en evidencia tras el renunciamiento de Máximo Kirchner a la presidencia de la bancada en la Cámara baja del Congreso de la Nación.

Lo que siguió fue claro. Ishii no volvió a sumarse a ningún encuentro de intendentes del peronismo ni tampoco del Frente de Todos. Por distintos motivos tomó el mismo rumbo que Fernando Gray (eEsteban Echeverría) y Julio Zamora (Tigre) y dejó de presentarse a lo encuentros comunales.

Las diferencias quedaron marcadas. Y al día de hoy continúan. El jefe comunal no tiene espacio adentro del grupo de los intendentes. Y él tampoco se fuerza para estar. “Dejó de venir sin dar aviso. Todos los intendentes del Frente de Todos saben que el espacio está, después es decisión de cada uno”, sostiene uno de los alcaldes que suele formar parte de los encuentros en diálogo con Data Clave.

Cabe recordar que en abril pasado, Ishii tomó la decisión de pegar duro y cambiar a su secretario de Gobierno, Claudio Pérez, hermano del diputado bonaerense José Pérez, quien forma parte de La Cámpora. Estas modificaciones se desarrollan en la profundización del proceso de transformación que se viene consolidando en el distrito, fomentando el trabajo, en pos del bienestar de la comunidad paceña", fue el escueto comunicado que dieron a conocer desde el distrito.

La intención fue marcada. Cortar de raíz la posibilidad de un desarrollo interno de la organización a nivel local. en otras palabras, dejar en claro algo que, por ejemplo, se replicó en las últimas horas en Hurlingham cuando Juanchi Zabaleta tomó la decisión de echar de su gabinete a una serie de funcionarios ligados al kirchnerismo.

Ahora, lejos de bajarse del barco, Ishii se muestra como uno de los fieles del albertismo. Algo que dejó en claro este martes en un acto junto al Presidente cuando arremetió contra los beneficiarios de los planes sociales, apenas horas después del anuncio del Gobierno de suspender más de 150 mil programas por inconsistencias. Como parte de su alocución, el jefe comunal exclamó que “no se puede llorar más, salgamos a laburar; es mentira que la gente está muerta de hambre”.

Y agregó: “Quisiera hablar de la situación social, el pueblo ha pasado unas fiestas muy tranquilas, hemos bajado el 60 % de los comedores sociales. La gente consigue trabajo. Yo pido oficial albañil y no lo puedo conseguir”. A lo que sumó: "No los estamos consiguiendo porque desgraciadamente en época de emergencia Néstor Kirchner sacó un programa, ‘Argentina Trabaja’, que tendría que durar ocho meses porque es para emergencia. Pero con el trabajo que hay tienen que venir a trabajar, no lo hacen por la gran cantidad de planes sociales que hay”.

Tras la repercusión de los dichos del barón del conurbano, uno de los primeros que salió al cruce de sus afirmaciones fue Juan Grabois, del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que utilizó sus redes sociales para cuestionar al mandatario: “Quizás lo que a algunos les molesta es que con la organización comunitaria y la economía popular no consiguen tantos soldaditos para regentear pasillos ni choferes para repartir falopa”.

Grabois recordó así una discusión que tuvo el intendente tres años atrás con empleados de su municipio por el servicio de ambulancias ante el reclamo de los choferes que decían trabajar 12 horas los siete días de la semana por salarios inferiores a los 25 mil pesos mensuales. "Cuando se cagan de hambre, vienen a pedir laburo y yo se los doy. O se mandan una cagada, venden falopa, yo los tengo que cubrir, no los rajé todavía, cuando me están vendiendo falopa con las ambulancias”, dijo entonces.

Ahora habrá que ver de qué manera se acomoda Ishii en caso de que el Presidente decida no salir a jugar por un nuevo mandato.