"Cromañón nos pasó a todos" se suele decir -y con justa razón- en el ambiente del rock argentino cuando se recuerda aquella tragedia que ocurrió el 30 de diciembre de 2004, donde en un recital de Callejeros hubo un incendio que dejó como saldo la muerte de 194 personas y más de 1.500 heridos.

La frase inicial hace mención a que las grandes bandas de nuestro país tocaron, tocan y lamentablemente seguirán tocando en establecimientos que no cuentan con los controles del Estado y que tienen el peligro latente de generar un hecho de estas características. Callejeros, una de las bandas más imponentes del momento, vivió lo que le podría haber pasado a cualquier grupo que trabajara en un lugar no preparado para la pirotecnia, y muchos menos para la evacuación de emergencia en caso de inconvenientes.

Sin embargo, el problema que tienen los sobrevivientes es para toda la vida. Es un estrés pos traumático que acompaña el nervio de esos "afortunados" de aún pueden contar la historia mientras tosen por los problemas pulmonares que desató la inhalación del humo tóxico que salida del incesante fuego de Cromañón.

Si el Estado es responsable, también debe ser el garante de una reparación histórica para los sobrevivientes y familiares de víctimas fatales. La Legislatura porteña de la Ciudad de Buenos Aires tiene una ley vigente que contempla una reparación integral con un subsidio y beneficios en cuanto a cuestiones de salud y trabajo. Sin embargo, la sanción nunca fue reglamentada por el Poder Ejecutivo y expira en diciembre de 2021.

En ese marco, el espacio "Unidad Cromañón", que nuclea a las diversas agrupaciones que hay a lo largo del país, presentó un proyecto de Ley que se denomina "Proyecto de Ley de Reparación Integral a Víctimas Fatales y Víctimas Sobrevivientes de República de Cromañón".

Martín Genauer, parte de la agrupación y miembro de la Coordinadora Cromañón, le cuenta a Data Clave: “En la ley actual, que expira en diciembre, hay cosas que son justas, pero que no se cumplen. Además, nos pusimos a pensar qué faltaba agregarle a la ley. Propusimos ideas que luego se plasmaron de forma consensuada en un proyecto que lo presentamos el jueves ante la Legislatura porteña. Todos coincidimos con construir una ley nueva para cambiar algunos articulados y darle una mejora al proyecto. Es una ley que para nosotros tiene todo lo que creemos que merece tener. Más allá de si luego es votada con o sin modificaciones, funciona como una función colectiva de todos los espacios”.

En esa línea, Genauer agrega: “La ley actual arrastra un decreto del 2005 y se hace ley en el 2013. Lo había presentado Juan Cabandié y que contempla una reparación integral para víctimas sobrevivientes y familiares de víctimas fatales. No sólo con un subsidio económico, sino también atado a cuestiones como salud, trabajo y educación. En 2018 también se hicieron algunas modificaciones como capacitación de trabajo y seguimiento de salud. Se votó de forma unánime pero jamás fue reglamentada por el Poder Ejecutivo, sumado a que vence en diciembre. Esto generó que el programa se vuelva muy difuso, porque la secretaría de Ejecución desapareció y nosotros quedamos sin un lugar para reclamar o proponer cosas. Las víctimas llegan por las organizaciones al Estado, entonces esa relación no se volvió fluida por la falta del órgano de aplicación”.

Hoy a las 18 habrá una conferencia de todas las agrupaciones para contar el proyecto de ley
Hoy a las 18 habrá una conferencia de todas las agrupaciones para contar el proyecto de ley

Entre todos los objetivos que tiene el proyecto, que contó con el apoyo de la legisladora del Frente de Todos y miembra de la comisión de Derechos Humanos Victoria Montenegro, el principal es el de crear un programa único y digital que centralice las demandas y que funcione como articulador para todas las cuestiones vinculadas a la salud, educación, trabajo y vivienda.

“Si el Estado no sabe quiénes somos y cuántos lo sufrimos, no se puede hacer política. Es lo más importante la centralidad, porque es necesario que se contemplen todas las demandas. Hay muchas familias o sobrevivientes que no estaban en condiciones de hacer trámites burocráticos y recordar aquella situación. Hay sobrevivientes que tenían 15 años y que ni a la madre le habían dicho que fueron a ver a Callejeros. Hay muchos compañeros que sentían culpa de que les brinde una reparación el Estado”, plantea Genauer.

En ese marco, incluye: “También proponemos la apertura de los padrones. Estamos con un padrón del 2005 donde hay un total de 1.800 beneficiarios en una masacre que tuvo a 4.500 víctimas. Para empezar a construir justicia e igualdad tenemos que tener víctimas empatadas. Acá no tiene que haber víctima de primera y de segunda”.

También se destacan otros aspectos como descentralizar las farmacias -todos los sobrevivientes pueden acceder a una ubicada en la Ciudad de Buenos Aires-, el otorgamiento de créditos a tasas blandas para financiar una primera casa, capacitación laboral y beneficios para el transporte. Además, el objetivo es que la ley sea vitalicia, con la misión de no tener que volver a rediscutir la problemática.

“El estrés pos traumático es una enfermedad latente que sufrimos todos los sobrevivientes. No se manifiesta en todos los momentos de tu vida, pero está ahí. Nosotros tenemos 18 sobrevivientes que se suicidaron. El último pibe que se mató no lo hizo en el 2005, 2006 o 2007, le pasó en 2018. Esto implica que la ley también tiene que ser para toda la vida”, explica Genauer.

En cuanto a descentralizar las farmacias, la experiencia surge en tiempos de pandemia, donde los sobrevivientes de la Provincia no pudieron trasladarse por las restricciones obligatorias de la pandemia del coronavirus: “Tenemos una sola farmacia en el centro porteño y beneficiarios de la ley tenés en todo el país, principalmente en la Provincia de Buenos Aires. Hoy tenemos que tomarnos el bondi e ir a Capital, pero seis meses atrás, no se podía subir a un colectivo ni cruzar la General Paz por el coronavirus. Y en una pandemia que a los sobrevivientes nos afecta en dos aspectos centrales: la cuestión inmunológica, por las infecciones respiratorias, y situaciones de salud mental como el encierro, con lo que eso significa para nosotros. Esta pandemia toca las dos situaciones que más padecen los sobrevivientes: los pulmones y el encierro”.

Por último, de cara a la rosca política para poder obtener una ley superadora a la que expira en pocos meses, Genauer le expresa a Data Clave: “Las luchas anteriores nos dicen que son luchas y negociaciones largas. Sabemos que es un año de pandemia y que hay elecciones, pero ya presentarlo es terminar una etapa. Termina una etapa de lucha y ahora empieza otra. Ahora queremos discutir para afuera lo que nosotros creemos que merecemos”.