El 17 de julio es la fecha tope para la llamada “cuarentena estricta”. Qué pasará el 18 es la pregunta que desvela a porteños y bonaerenses. Como cada vez que se aproxima el final de algunos de los aislamientos que se establecieron para frenar la pandemia, el tironeo entre Ciudad y Provincia vuelve a asomar.

Mientras la administración de Horacio Rodríguez Larreta se muestra más propensa a ablandar ciertos aspectos vinculados sobre todo a las actividades económicas y sociales, desde Provincia insisten en ser cautelosos con la cantidad de contagios y de casos. Y el propio gobernador, en conferencia, no dudó en resaltar esto: “Cada 100 habitantes hay 0,3 contagios en la provincia. En la ciudad de Buenos Aires hay 1 contagio cada 100 habitantes. O sea, en el territorio más densamente poblado, que es la Ciudad, es donde más contagios hay”.

Desde la sede del gobierno porteño, en el barrio de Parque Patricios, se enfocan en ver cómo reactivar la economía. Tienen como premisa de base volver a la cuarentena tal como estaba en su penúltima etapa: permitir actividad física (prohibición que incluso el ministro de Salud nacional –Ginés González García- definió como “simbólica”) y reabrir los comercios no esenciales. E incluso están viendo la manera de superar esa instancia y –con protocolos estrictos- permitir reuniones sociales o eventos deportivos. Está claro: la idea en Ciudad es avanzar.

En Provincia, en tanto, se manejan con mayor cautela. María Teresa García, ministra de Gobierno bonaerense, hace hincapié en el análisis de estos 14 días de restricción estricta, de la evaluación con los intendentes y de cómo influye la curva de casos. “Esperemos que pase rápido agosto y empiece el tiempo de primavera que nos va a ayudar también”, manifestó ayer en declaraciones a Télam. Respecto de la posibilidad de flexibilizar, también se mostró precavida: “Después de esta fase estricta, en el análisis que hagamos con los intendentes y especialistas podamos ir aflojando algunas actividades”.

Hace apenas unos días, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, se refirió al día después: “Hay muchos indicadores que van a definir un poco las políticas y la intensidad de las políticas, y por supuesto que el humor social y la situación en que la sociedad esté es un elemento esencial para ese debate”, dijo, pero –tal vez en sintonía con la administración bonaerense- remarcó: “El elemento técnico más importante es si los casos están creciendo o decreciendo”.

Y esa pelea, la de los números, no acompaña ni a Ciudad ni a Provincia. Ayer hubo en el país récord de muertos, 75, y 2.632 contagios. 59 de esos fallecidos se dieron en territorio bonaerense y 7 en Ciudad. En materia de contagios se produjeron 1.476 en Provincia (41.450 totales) y 995 en la Ciudad (32.280 totales).

Un dato no menor es que Argentina amaneció hoy con 20 nuevos muertos, 7 en Provincia y 8 en Ciudad.

De todos modos, Quirós y su equipo se enfocan en el índice R, que mide la contagiosidad. Esperan que ese número se ubique por debajo de 1. De ser así no dudarán en abrir un poco más la cuarentena. En Provincia ese índice no se explicita, pero el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, advirtió en declaraciones radiales: “El área metropolitana es una unidad epidemiológica que no podemos separar”. Hay 69 municipios del interior de la provincia de Buenos Aires que están en fase 5 de aislamiento, pero las 35 que integran el AMBA continúan en cuarentena estricta. 22 están en fase 4 y 9 que se ubican en fase 3.

La tensión vuelve a surgir, y todo indica que se va a depender de los números. Mientras que desde el entorno de Larreta empujan para abrir la cuarentena, altas fuentes bonaerenses definen en off con tres palabras esta intención: “Es una locura”.