Tomás Mestre tiene apenas 26 años y ya está dando pasos en la política argentina. Es hijo del ex gobernador de Córdoba, Ramón Bautista Mestre, y medio hermano de Diego Mestre, ex diputado nacional y actual funcionario cordobés.

A diferencia de su familia, su trayectoria se está desarrollando en la Ciudad de Buenos Aires. Trabaja para el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, precisamente como director de Jóvenes en CABA. De arraigable radical, tras años de militancia logró ganar la conducción de la Juventud Radical de la City.

Considera que la UCR tiene que salir a la cancha y dejar de ser el socio minoritario de la coalición opositora. En una entrevista exclusiva con Data Clave, habló de la actualidad de Juntos por el Cambio, las candidaturas y las diferencias ante una hipotética fórmula presidencial que tenga a Juan Schiaretti como candidato a vicepresidente. También elogió al kirchnerismo, aunque fueron más las críticas: "Reconozco la impronta que le han dado a los jóvenes para que vuelvan a creer en política".

Data Clave: ¿Cómo fueron tus inicios políticos? Imagino que viene de familia…

Tomás Mestre: La primera vez que fui a un comité fue en 2010. Yo todavía estaba en 4to año del colegio. Le había comentado a mi hermano que tenía ganas de involucrarme, porque muchas cosas del país no me convencían en su momento y creía que había que cambiarlas. Y la mejor forma de transformar la realidad es involucrándose. Ya sabía dónde estaba mi camino.

DC: ¿Cuál es tu función como director de Políticas de Juventud en CABA?

TM: Dependemos del ministerio de Desarrollo Económico y Producción. Es una tarea importante. Asumimos el 10 de diciembre de 2019 en una Argentina distinta, y con los efectos de la pandemia. No esperábamos que nos toque esta situación. Lógicamente que eso trae muchas complejidades, tanto para la gestión como para la vida de los ciudadanos. Nosotros entregamos muchas becas a distintos jóvenes para que puedan estudiar, y a pesar de que ingresan en el sistema universitario, no tienen los elementos digitales para poder asegurarse la continuidad o el acceso a internet.

DC: ¿Cómo fue tu desembarco en el radicalismo porteño? ¿Por qué no en Córdoba?

TM: Yo me vine a vivir de chico a Buenos Aires. Mi vieja vino por laburo y yo desarrollé acá toda mi vida. Hice la secundaria y me formé en la universidad, siento que es mi lugar. En cuanto a mi desembarco fueron muchos años de militancia, junto con el trabajo territorial del barrio. Lo lindo que tiene el radicalismo es la cercanía histórica con la gente y los vecinos. Esto se fue profundizando en la última década tras lograr mayor capital político. En 2011 habíamos sacado un 2%. En 2015 casi elegimos a jefe de Gobierno y en la actualidad tenemos tres diputados nacionales, un senador nacional y diez legisladores. Creo que hay muchos lugares de representación que terminamos tomando.

DC: ¿En qué lugar está parado el radicalismo en términos ideológicos?

TM: Todos los partidos políticos históricos tienen dirigentes para los dos lados. No es lo mismo el peronismo de Perón que el de Ménem, y viceversa con la familia Kirchner. Para nosotros el radicalismo en la ciudad es un espacio progresista que defiende a la clase media. También es el espacio que siempre buscó eliminar las desigualdades y defender la educación pública.

DC: ¿La referencia del espacio es Martín Lousteau?

TM: Es así. En 2013 lo llevamos como candidato a diputado por el frente UNEN, donde estaba también la Coalición Cívica y el Partido Socialista. Después fuimos a competir a la Ciudad y nos quedamos ahí, sacando casi el 50% de votos. Creo que nos representa, es una persona que tiene una claridad admirable y que debería reflejarse en muchos políticos argentinos. Tiene otra visión del Estado. A diferencia del resto, no se queja de sus dimensiones, sino de que sea ineficiente, porque tiene más recursos y se hace menos que antes.

Tomás Mestre, cercano a los pasos de Martín Lousteau
Tomás Mestre, cercano a los pasos de Martín Lousteau

DC: ¿Ves a Horacio Rodríguez Larreta como el próximo candidato a presidente?

TM: Si, a él como a tantos otros. Dentro del radicalismo también hay candidatos en el Interior, como el caso de Alfredo Cornejo. Pero lógicamente que Horacio es un actor de peso y está dentro de las alternativas. Como toda discusión, se hablará internamente y llegando al cierre se definirán las candidaturas.

DC: También se habla de Juan Schiaretti para que lo acompañe como vicepresidente…

TM: Creo que con él tenemos muchas diferencias en cuanto al modelo de Argentina que queremos. Considero que hay mejores candidatos para acompañar a Horacio, a Martín o al propio Alfredo. Pero como te decía, es algo a discutir dentro del partido y que luego terminará definiendo la ciudadanía.

DC: ¿Cuánta posibilidad tiene el radicalismo de convertirse en "socio mayoritario" de Juntos por el Cambio?

TM: Es una de las grandes discusiones que tiene el radicalismo desde hace cuatro años. Desde que se conformó Cambiemos había una parte del radicalismo que se sentía representada en la gestión, incluso hasta cuando no se discutía internamente qué decisiones había que tomar. Y eso la sociedad lo condenó en las urnas. Nosotros estábamos levantando la voz para que nos escucharan, porque mucha gente no se sentía representada dentro de Cambiemos. Necesitamos un espacio más amplio, más inclusivo y que escuche más.

DC: ¿A Cambiemos se le concedió mucho durante su gestión? Da la sensación de que el radicalismo la miró de afuera…

TM: Si, creo que no tuvimos tal representación como indicaba la Cámara de Diputados y Senadores. Y más allá de los tecnicismos de la representación política, sí molesta que no se haya tenido tanto espacio en la mesa a la hora de tomar decisiones. Las ideas no funcionan si no hay diálogo, quedó demostrado en la última elección. Creo que Juntos por el Cambio está tomando otra forma y se está generando mayor amplitud.

Mestre junto a Horacio Rodríguez Larreta
Mestre junto a Horacio Rodríguez Larreta

DC: ¿Cambiemos no estaba preparado para gobernar? Muchos ex funcionarios importantes lo reconocen…

TM: Lo que hoy está empezando a pasar es parte de un modelo de Juntos por el Cambio. El reclamo de la sociedad exige una apertura mayor, y por eso ahora hay mayor rol del radicalismo. Eso es a lo que hay que aspirar en el futuro, un partido con visión de país y con representación federal. Creo que tenemos que ser un poco más inclusivos y globales para abordar las problemáticas.

DC: ¿El Frente de Todos es un espacio inclusivo?

TM: Yo diría que no. Hay muchos errores en la gestión económica. Buscan dar contenciones a través de los planes sociales o asignaciones, pero la situación para los jóvenes argentinos es muy triste. Una de cada cuatro mujeres busca trabajo y no encuentra, el 17% de los varones están en la misma situación. En cuanto al acceso a medios digitales para estudiar, la situación es delicada. No lo digo yo, lo dicen los datos, no es que estoy inventando algo.

DC: ¿Cuál es tu coincidencia con un militante del peronismo?

TM: Creo que hay muchas cosas históricas con el peronismo para coincidir. Históricamente, junto con el radicalismo, siempre pregonaron por acompañar a las personas en situación de desigualdad. Al kirchnerismo lo que sí le reconozco es la impronta que le han dado para que los jóvenes vuelvan a creer en política. Después de la crisis de 2001 había mucho escepticismo sobre el rol del Estado y la política. Creo que con algunos aciertos y avances en materia legislativa y de Derechos Humanos se logró ese objetivo. Se puede destacar el matrimonio igualitario y la interrupción voluntaria del embarazo. Lo que no creo es que se tenga que embanderar al peronismo o a La Cámpora sobre estos temas. El aborto se discutió primero con Cambiemos, y también son cosas que hay que reconocer.

DC: Cerremos la entrevista con lo que significa el peronismo para un radical…

TM: Ha tenido cierta seducción con el poder, que no está mal y es sana. El poder transforma la vida de la gente. Lo que no creo es que tengan una identidad tan marcada. El gobierno de Ménem no tiene nada que ver con la gestión de Néstor. Es muy complejo terminar de entender cuál es la lógica que quieren para las políticas públicas de Argentina. Es muy difícil un día querer privatizar YPF y al otro día estatizarlo.