Alberto Fernández no tiene respiro. La trabajosa negociación para refinanciar la impagable deuda que contrajo el gobierno de Mauricio Macri, arrojó el resultado esperado: Argentina tendrá un tratamiento que nunca antes el Fondo Monetario Internacional (FMI) le otorgó a ningún otro país para devolver los 45.000 millones de dólares que el mismo organismo le prestó hace cuatro años, 

Sin embargo, no tiene margen para detener la marcha de un gobierno que intenta sacar la cabeza para tomar oxígeno, luego de dos años de pandemia que dejaron dolorosas huellas en la sociedad y en la economía. "Apenas asumimos, arreglamos con los bonistas privados el endeudamiento que teníamos, reconstruimos un sistema de salud destruído por el macrismo para poder evitar una tragedia mayor que la que tuvimos con el paso del coronavirus, ahora resolvimos el tremendo problema que nos dejó Cambiemos con el Fondo y me tratan como si fuera un asesino, vendepatria, te juro que no entiendo", le dice el presidente a uno de sus colaboradores más cercanos mientras la tarde del sábado se apaga en la residencia de Olivos.

Sus palabras denotan un dejo de desconcierto. Está convencido de haber encarrilado un tren que se había salido de las vías y corría temeriaramente hacia el precipicio y siente que desde la oposición hablan "como si ellos no tuvieran nada que ver con este desastre que nos dejaron". Pero lo que más le duele es la astilla del mismo palo. Los cuestionamientos de un sector del Frente de Todos que eligió "no ponerle el cuerpo" al acuerdo con el FMI y acusan al presidente y a su ministro de Economía de haber "comprometido el futuro del país con este entendimiento".

No son pocos los dirigentes kirchneristas que salieron en los medios tras la votación del Senado a justificar el haberle dado la espalda al proyecto del oficialismo que ellos mismos dicen integrar. Por ejemplo, la senadora nacional Juliana Di Tullio quien este fin de semana aseguró que su voto "no positivo" no representa una ruptura con el gobierno. "No rompí con el Presidente, sino con el FMI y con la idea de que Mauricio Macri quede libre de culpa y cargo luego de estafar al pueblo. Hay un solo capitán en este barco y es el Presidente. Si hay que enderezar el rumbo, ahí nos va a tener a todas y todos juntos", sostuvo la legisladora del Frente de Todos.

En Olivos escucharon la declaración y no ocultaron el desagrado que les generó la actitud del grupo de senadores que no avaló el entendimiento. "No les gusta el iceberg y entonces tiran por la borda al capitán del barco, no se entiende la actitud, porque si apoyan al Presidente, deberían confiar en cómo maneja el timón", sostuvo una fuente con acceso directo al principal despacho de la residencia presidencial, en diálogo con Data Clave.

"Además reclaman que Macri puede quedar impune y no dicen que este es el único gobierno que denunció al anterior presidente y a su equipo económico no solo penalmente, sino también en el ámbito civil para que -en caso de ser condenados- tengan que responder con su patrimonio personal por el daño que le causaron al país", añadió.

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El "cuco" de Cristina

"Alberto está enojado y traga saliva para no mandarlos al carajo", explicó un funcionario que mantuvo un encuentro este fin de semana con el mandatario. "Hablan como si no tuvieran responsabilidad de gobernar, como si fueran militantes de una izquierda romántica que no saben lo que es gestionar una situación de crisis como la que atravesamos, merecen el escarnio público", remarcó el informante.

Desde el análisis presidencial, el peso específico del kirchnerismo "paladar negro" dentro de la coalición quedo en evidencia tras las votaciones en el Congreso. "No son la mayoría, el cuco de Cristina no existe, ya vimos lo que representan internamente", sostuvo la fuente. Pero además -según esta mirada- dejaron en claro el escaso nivel de compromiso que tienen con "el laburo pesado" que hubo que hacer para resolver el tema de la deuda. "¿Alguno de ustedes lo vio a Wado (De Pedro) levantar un teléfono para arrimar un voto a favor del acuerdo? No hicieron nada", dijo.

La pregunta inevitable es si el presidente está evaluando pedir la renuncia a los funcionarios que responden a La Cámpora. "Yo simplemente me pregunto qué hacen en un gobierno al que critican tanto, deberían renunciar ellos, porque echarlos supondría victimizarlos y no queremos darles esa entidad", apuntó el funcionario consultado por Data Clave.

"Es lo mismo que hicieron con lo del ataque a piedrazos contra el edificio del Congreso el día de la sesión en Diputados, hablaron de zona liberada, de atentado contra Cristina, cuando en realidad hubo militantes de izquierda que tiraron piedras contra varios despachos, no solo el de la vicepresidenta", agregó la fuente.

Y completó: "si a eso le llaman atentado, ¿cómo habría que denominar a lo que le hicieron a Alberto en Chubut el año pasado cuando atacaron la camioneta en la que viajaba?¿Magnicidio?".

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Guzmán "intocable" y "guerra" anti-inflación

La negociación que acaba de concluir fue, a criterio de Fernández, un logro de gestión que en gran parte corresponde a la labor desempeñada por el titular de la cartera de Hacienda Martín Guzmán. "Nos dicen que el acuerdo es malo porque supone un ajuste brutal para la Argentina y eso es mentira, el ajuste hubiese ocurrido si caíamos en default, fijate hasta qué punto el acuerdo nos conviene que David Lipton y los duros norteamericanos no quieren aprobarlo porque dicen que en el Fondo fueron muy blandos con nosotros", le dijo a Data Clave otro funcionario muy importante del gabinete.

"No existe ninguna posibilidad de que Alberto lo saque a Martín del gabinete, olvídense, lo considera un guerrero que luchó con el cuchillo entre los dientes para conseguir el mejor acuerdo con el FMI, disputó letra por letra el texto del Memorándum de Entendimiento, tiene un elevado sentido patriotíco y está obsesionado con sacar adelante la economía", confió la fuente. 

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El presidente se mostró también fastidioso por la reacción de algunos sectores de la dirigencia política y de los medios que cuestionaron sus anuncios de este viernes, cuando anticipó algunas de las medidas anti-inflacionarias que adoptó su gobierno a partir de este mismo fin de semana.

"Con la decisión de subir esos dos puntos en las retenciones del aceite y la harina de soja logramos que diez de las empresas más ricas y con mayores ganancias del país, aportaron 350 millones de dólares, que vamos a destinar para cuidar la mesa de los argentinos y frenar el alza en el precio del pan y me cuestionan", afirmó Fernández a otro de sus colaboradores.

"Esto es el comienzo de una serie de medidas que vamos a consensuar con todos los sectores para poder poner un freno a la inflación, que es un verdadero problema en todo el mundo, solo en Europa aumentó un 300%, imagínense lo que pasaria si eso ocurriese en nuestro país", sumó.

"Ahora con los reembolsos que enviará el Fondo la semana próxima, nos va a quedar un remanente tras pagar la cuota por los intereses de unos 6000 millones de dólares que, junto a la mejora en la recaudación por la liquidación de exportaciones, nos permiten engrosar las reservas y descomprimir un poco la situación", deslizó entre líneas.

Ya entrada la noche del sábado y con el segundo gol de Racing en cancha de Independiente atragantado en la garganta del cronista, el informante concluyó: "Hay algo en lo que Cristina tiene razón: los más avaros son los que más guita ganan y sobre ellos deberá recaer el mayor peso del esfuerzo que le vamos a requerir a la sociedad para enfrentar el escenario que se viene",