La semana pasada el Consejo de Derechos Humanos aprobó iniciar una investigación sobre presuntos crímenes de guerra cometidos por Israel en la reciente escalada de violencia en medio oriente. La investigación será llevada a cabo por Michelle Bachelet, expresidenta de Chile y Alta Comisionado en las Naciones Unidas por los Derechos Humanos. La moción fue acompañada, entre otros países, por Argentina. 

La posición argentina fue criticada, entre otras organizaciones, por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), quién apuntó a la escalada de antisemitismo que esas acciones pueden generar en el país. Sobre ese escenario conversaron hoy, durante más de una hora en Casa Rosada, el titular de la DAIA, Jorge Knoblovits (entre otras autoridades), el presidente Alberto Fernández, el canciller Felipe Solá y el secretario de Culto, Guillermo Olivieri. 

"Reunión sumamente honesta, ágil y transparente. Escucharon y escuchamos. Entendimos que lo que vinimos a conversar es lo que Argentina necesita, la lucha contra el odio", describió Knoblovits tras la reunión. Y aclaró que "el Gobierno no legitimó nunca a Hamas como organización valida o como un Estado, sino como una organización que también debe ser investigada". 

No obstante, la DAIA ratificó su postura respecto a la votación de la semana última en los Países Bajos, y reveló que le señaló al Presidente que el mejor escenario hubiera sido la abstención, "la posición más prudente". hay otras formas de condenar al terrorismo. "Estar en un Consejo de Derechos Humanos con poaíses que no son democráticos y que violan constantemente los derechos humanos no es bueno", contó Knoblovits en declaraciones a acreditados de Casa Rosada.

En contraposición, y según pudo averiguar Data Clave, Fernández explicó a las autoridades de la DAIA que "Argentina históricamente respeta el multilateralismo y que lo que hicieron fue atender el informe Bachelet y que han morigerado dicho informe".

"Fue una reunión de una hora larga, el presidente quiere dejar en claro que no tiene ningún problema con Israel si no todo lo contrario", concluyó, mientras advirtió sobre el crecimiento del antisemitismo en el país